“Invoco a los participantes en la conferencia, como también a los responsables de las administraciones públicas y de la suerte del planeta, un espíritu de sabiduría y de humana solidaridad”, afirmó el Papa durante su habitual rezo dominical del Ángelus desde su balcón en la plaza de San Pedro del Vaticano.
Este espíritu debe servir para que “la actual crisis se transforme en una oportunidad, capaz de favorecer una mayor atención sobre la dignidad de toda persona y promover una igual distribución del poder en las decisiones y de los recursos, con particular atención al, desafortunadamente, cada vez mayor número de pobres”, añadió.
El Pontífice recordó “especialmente a los cientos de millones de personas que sufren de hambre”.
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