El PSOE descubrió hace semanas que el 28F le servía en bandeja el argumento perfecto para ratificar su apuesta por la unidad territorial y, de paso, repudiar la deriva secesionista que cree que representa Podemos. La estrategia quedó entonces definida y, con casi 15 días de antelación, el mensaje ha salido de boca de todo cargo público, institucional u orgánico que se coloca delante de un micrófono: la conquista de la autonomía fue una batalla por la “igualdad y la solidaridad” que está en las antípodas de la fractura y el “fin del café para todos” que preconiza la formación de Iglesias.
La excusa es la celebración del hito histórico de 1980 que se tradujo en la conquista de la autonomía, pero en realidad el mensaje señala por enésima vez a Pedro Sánchez, cuya negociación para alcanzar la Moncloa se escoró ayer hacia Ciudadanos pero que necesitaría aún de alguna complicidad de Podemos, ya sea como apoyo directo o al menos en forma de abstención. El problema es que los socialistas andaluces no quieren ni oír hablar de la complicidad de Iglesias.
Al reto lanzado para que Podemos se posicione sobre la unidad territorial en ayuntamientos y diputaciones, e incluso mañana en el Parlamento, se sumó ayer la propia Junta de Andalucía. La declaración aprobada por el Consejo de Gobierno no puede ser más explícita al animar a mantenerse “vigilante” para contrarrestar a quienes persiguen “quebrar” el modelo territorial con una “voladura encubierta” del sistema de convivencia actual.
Por si quedaba alguna duda, la propia presidenta, Susana Díaz, alertó también este martes de que “en un momento como éste, en el que se está definiendo el futuro como país” hay que reconocer la “unión, estabilidad e igualdad que supuso el 28F” para así evitar que “haya ciudadanos de primera y segunda”.
Ese argumentario le ha granjeado al PSOE una dura crítica de la oposición. El presidente del PP, Juanma Moreno, acusó ayer a Díaz de no asumir la “pluralidad” andaluza al apropiarse de la efeméride, en línea con la crítica de Podemos e IU.
En medio de ese debate queda por dilucidar qué opina el PSOE-A de la supresión de las diputaciones, una de las exigencias presentadas ayer por Ciudadanos a Sánchez y que éste ha aceptado.
Derroche de simbología
La reivindicación del 28F ha tirado este año también de simbología. El PSOE ha editado un facsímil del Pacto de Antequera de 1978 y Díaz presidió ayer la entrega de la bandera de 1980 sobre la que Juan Genovés dibujó al pueblo andaluz. Podemos censura que la enseña, que pasará al Museo de la Autonomía, estuviese 36 años en el domicilio particular del expresidente Escuredo.
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