El cementerio municipal de San Miguel contará con alrededor de 700 nuevas unidades de enterramiento tras comprobar el poco espacio disponible en el camposanto. Con esta ampliación, que pretende aumentar la capacidad de servicio del cementerio en el horizonte de unos cuatro años, el Ayuntamiento no se toma con tanta celeridad el proyecto de construcción de un nuevo cementerio, teniendo en cuenta también que la sociedad cada vez reclama más la incineración y, por tanto, la de demanda de nichos va decreciendo.
Las obras se ejecutarán una vez se construya un muro en la zona norte del cementerio para la sujeción de los terrenos, y su inicio podría ser casi inmediato, una vez que el Ayuntamiento disponga de los fondos necesarios.
Igualmente, habrí que llevar a cabo una serie de estudios geotécnicos previos a las obras de ampliación del cementerio, como paso necesario antes del inicio de los trabajos. La ampliación en sí supondrá “un respiro para los ciudadanos”, en palabras del alcalde de Arcos, Isidoro Gambín.
Este proyecto, no obstante, no implica que el Ayuntamiento desista de la construcción de un nuevo cementerio, el cual se podría eregir con el paso del tiempo en los terrenos aledaños al parque empresarial El Peral.
La tendencia de las familias es ya la de incinerar los restos mortales de sus seres queridos, servicio que presta actualmente el tanatorio del polígono industrial El Peral. Sin embargo, aún persiste entre la población de mayor edad la creencia de que los difuntos deben ser enterrados de la forma tradicional, lo cual, con el tiempo, ocasiona un problema de salubridad a las ciudades, ya que en ocasiones y debido a la expansión urbanística, los cementerios quedan en el centro urbano de las poblaciones.
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