Ha aumentado en los últimos días de forma considerable la mendicidad en la calle y en la inmensa mayoría se trata de ciudadanos rumanos que hace unas semanas no estaban en Jaén. En paralelo, han crecido los asentamientos ilegales en algunos puntos de las afueras de la ciudad creando cierto malestar entre vecinos. En cualquier caso, ni se puede ni se debe criminalizar a quienes, con toda seguridad, se ven obligados a pedir en la calle, pero sí a quienes los obligan, en el caso de que así fuere. Declaraciones como las que ayer realizaron desde Cáritas y desde Ciudadanos como “se han hecho dueños de la ciudad” o “acosan las puertas de los comercios y bloques residenciales”, son cuando menos desafortunadas y desproporcionadas. Hay que tener mucho cuidado con este tipo de manifestaciones porque además de crear alarma social, están muy cerca de discursos extremistas y fundamentalistas que en otras ocasiones se denuncian a los cuatro vientos. El hecho está ahí y las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado deberán actuar para atajar el chabolismo, cuyas principales víctimas son los inquilinos, y la mendicidad en el caso de que corresponda a bandas organizadas que se lucran de la desesperación de ciudadanos sin recursos.
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