Andalucía

“No me resigno a ser segunda fuerza, salgo a ganar las elecciones”

Economista y político, Pedro Sánchez Pérez-Castejón (Madrid, 1972) culmina este domingo en las urnas el largo camino que comenzó a trazar en 1993, el año de la última victoria electoral de Felipe González y también el momento en el que decidió afiliarse...

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  • Pedro Sánchez -

El socialismo confió su futuro inmediato en julio de 2014 a Pedro Sánchez y el domingo millones de electores pondrán nota a aquel órdago. Firme en su denuncia de que la legislatura finiquitada ha supurado desigualdad y complacencia con la corrupción, el candidato del PSOE presenta a su partido como única alternativa para forzar el cambio y se niega a aventurar los pactos que los sondeos le recuerdan, casi a diario, que necesitaría para ocupar La Moncloa. La entrevista se realizó antes del debate del lunes.

La campaña entra en su recta final, quizás la más decisiva en décadas. ¿Con las encuestas soplando en contra, cuáles intuye que son sus posibilidades, las reales, de evitar una nueva legislatura del PP?

–Lo importante es entender que no votar al PSOE es regalar el voto a Rajoy. Si la mayoría de los españoles quiere un cambio, como también dicen las encuestas, no podemos dividir ese cambio. Por eso pido el voto para el PSOE, para que gane la mayoría. Es un desafío que nos afecta a todos porque nos jugamos no sólo lo que pase de aquí a los próximos cuatro años, sino en los próximos diez años. Nos jugamos si queremos que se consoliden la reforma laboral o los recortes en el Estado del Bienestar, si queremos que un presidente del Gobierno asediado por la corrupción no asuma sus responsabilidades políticas o si, por el contrario, queremos abrir una nueva etapa en la política española con un partido que es garantía de cambio seguro, el PSOE.

¿Hay argumentos claros para convencer a ese porcentaje de indecisos que puede decantar finalmente el resultado?

–Sí. Durante estos cuatro años se ha visto claramente que el PP ha puesto en marcha una forma de dibujar una España que quiere que compita en el mundo a base de bajar costes laborales, que es la esencia de la reforma laboral. Hoy se pagan en España 40.000 millones menos en sueldos que hace cuatro años y  el salario mínimo interprofesional se ha congelado en ese tiempo. Lo que queremos es cambiar ese modelo de crecimiento o de competitividad basado en los costes laborales para hacer las cosas mejor. Eso supone apostar por la I+D+i, por la ciencia, por la innovación, por un cambio de modelo productivo que suponga la reindustrialización del país. Eso en lo económico, pero en lo social nos jugamos reconstruir el Estado del Bienestar, y en lo político si afianzamos la confianza en las instituciones renovando la democracia o si permitimos que un partido asediado por la corrupción siga gobernando.

En los últimos días el fuego del resto de partidos parece haberse concentrado en usted. ¿Se siente atrapado entre dos frentes, el del PP y los emergentes, el de las izquierdas y las derechas?

–No, diría más bien que hay un frente antiPSOE que si demuestra algo es que sólo hay dos opciones reales: votar al PSOE es votar por el cambio y no votar al PSOE es perpetuar a Rajoy. No es que haya varios frentes, es que hay uno solo que es el antiPSOE.

Pero todo hace presagiar que en caso de que las urnas sean benévolas con el PSOE, necesitará pactar para gobernar. Y entonces tendrá que recurrir a algún partido de ese supuesto frente antisocialista...

–Antes de hablar de pactos hay dos condiciones que me parecen importantes. La primera es que tiene que llegar el cambio a España. Si no gana el PSOE no habrá cambio en España porque las derechas sumarán, la de Rivera y la de Rajoy, y en consecuencia Rajoy seguirá siendo presidente del Gobierno. El PSOE por lo tanto tiene que ganar las elecciones si queremos que haya cambio. A partir de ahí, yo haré todo lo contrario a lo que ha hecho Mariano Rajoy durante estos últimos cuatro años en los que ha gobernado solo frente a todos, confundiendo mayoría absoluta con absolutismo. Yo aspiro a gobernar solo y tendiendo la mano al resto de formaciones, también a  un PP renovado, para abordar entre todos la reforma constitucional.

Habla de victoria. Si el PSOE no la logra y el recuento le relega a una segunda posición, ¿tiene claro si Ciudadanos o Podemos serían el mejor compañero de viaje?

–Insisto, es que el día 20 no habrá posibilidad de nada más que ganar las elecciones. Si logran sumar, las derechas gobernarán, y no es que lo diga yo, es que lo ha hecho Rivera allí donde han sumado las derechas, En Castilla y León, en Murcia, en La Rioja. En Andalucía no lo ha hecho porque las derechas unidas no sumaban lo suficiente.

¿Es de los que creen que los dos nuevos partidos se sienten cómodos en su ambigüedad o por el contrario tienen una hoja de ruta bien trazada?

–Los nuevos partidos son viejos conocidos. Ciudadanos crece como consecuencia de una demanda del electorado de derechas de renovación en el PP que no encuentra; es por tanto un partido de derechas. Si apoyas al PP, si apoyas el copago en la educación y la sanidad como defienden Rivera y Rajoy, si apoyas la reforma laboral del PP o le quieres dar una vuelta de tuerca con el contrato único, si como decía Aznar en 2004 en lugar de enviar tropas a Iraq lo que aspiras es a enviarlas a Siria... entonces tendrás 20 años menos pero eres el mismo PP. Y Podemos es un partido que está volviendo al lugar donde empezó: surge de IU,  porque hay que recordar que son extrabajadores de IU. Pablo Iglesias lo era, y por tanto lo que hace es volver al lugar de donde partió, a reubicarse, a ocupar el espacio natural que había antes en IU. Pero esto lo dicen las encuestas del CIS: la ciudadanía ubica a Iglesias en la extrema izquierda y a Rivera en la derecha.

Pues Podemos y Pablo Iglesias remontan en las encuestas y parecen robarle respaldos por la izquierda. Incluso reivindican para sí la etiqueta de la socialdemocracia que se supone terreno  del PSOE...

–Pablo Iglesias en el fondo debería salir del armario y sentirse orgulloso de ser comunista, que de verdad es lo que es. Yo, cuando le escucho decir que su referente en España es Julio Anguita, pienso para mí: “qué razón tiene”... Sobre todo cuando le veo confluir en intereses electorales con el PP. Podemos claramente ha renunciado a ganar las elecciones, lo ha interiorizado ya. Todos los ataques los hace para dañar al PSOE, no al PP, y por tanto eso es lo que está haciendo su partido. Ciudadanos lo que hace es pedir el voto para gobernar con el PP, y el PSOE pide el voto para crear empleo con derechos, reconstruir el Estado del Bienestar y mandar a la oposición al amigo de Bárcenas. Para eso pedimos el voto.

¿Existe la bautizada Operación Menina para aupar a Sáenz de Santamaría?

–No. Claramente lo que hizo Rajoy no acudiendo al primer debate fue faltar al respeto a la democracia española a y los españoles, y eso lo penalizarán los ciudadanos el domingo. No tiene sentido que un candidato a la Presidencia del Gobierno no fuera a un debate, como hizo Rajoy. Eso no sería concebible ni en EEUU, ni en el Reino Unido, ni en Italia, ni en Francia… ¿Por qué tiene que se normal aquí en España?

¿Es creíble la propuesta de reforma fiscal lanzada hace días por Rajoy?

–No lo es. Fíjese, no lo es ni para el director de la Oficina Económica del presidente, que ya ha dicho que en función del ciclo y de las condiciones económicas se podrá hacer o no. Este es el Gobierno de la mentira, y esta legislatura será la de un presidente que ha recortado derechos a los españoles de a pie, que ha dirigido un partido que tiene graves problemas de corrupción y que ha hecho de la mentira su forma de hacer política.

Si el balance es tan negativo, ¿por qué todas las encuestas siguen colocando al PP en cabeza en intención de voto?

–Bueno, bueno, ya veremos. Hay que recordar que todas las encuestas dan al PP una caída de entre 15 y 20 puntos, y eso para un partido que tuvo hace cuatro años la mayoría absoluta. Estamos entrando en un nuevo tiempo político en España, con ansias de cambio, y por eso el voto útil hoy es más útil que nunca, y el cambio sólo lo puede liderar el PSOE. Votar a otras formaciones políticas, hoy más que nunca, es regalar cuatro años más a Rajoy.

¿Cómo son sus relaciones con Susana Díaz? El comentario en todas las esferas políticas es que no hay sintonía pese a que el PSOE-A se haya volcado en la campaña.

–Mis relaciones con Susana Díaz son muy buenas.

Tampoco descubrimos nada si le pregunto por una supuesta operación del PSOE andaluz para hacerse con las riendas del partido si naufraga el 20D...

–No, no es cierto que lo pretenda.

Hace semanas Díaz proclamaba que su pacto con Ciudadanos era el ejemplo palpable de un nuevo modelo de gobierno válido para toda España. ¿Le estaba enviando algún recado?

–Es lo que decía al principio: para que se produzca el cambio el PSOE tiene que ganar las elecciones, porque de lo contrario no va a haber cambio. Ciudadanos allí donde ha sumado con la derecha ha pactado con ellos, y no se lo reprocho. Es así porque es natural, las derechas se unen. Y Rivera y Rajoy se unirán si suman. Por eso es importante que gane las elecciones el PSOE. Y a partir de ahí tenderé la mano a todos, porque hay muchos desafíos en este país que necesitarán el apoyo de cuantas más fuerzas políticas mejor. Yo creo que el nuevo Gobierno tiene que tener un cambio de prioridades a favor de una recuperación económica para la mayoría, de regenerar la vida democrática en el país y tiene que hacerlo también en las formas, porque ha habido en los últimos cuatro años un partido que ha gobernado solo y contra todos. Y yo quiero gobernar con todos.

Quiere gobernar... ¿No lograrlo sería un fracaso personal?

–El PSOE es un partido ganador. Nosotros somos una izquierda que aspira a transformar el futuro transformando el presente, y eso es lo que ha representado el PSOE a lo largo de sus 137 años de historia. Por eso no me resigno a ser segunda fueza política, yo salgo a ganar las elecciones pero no por mí, no por el partido, sino porque el PSOE es el mejor instrumento de cambio y progreso. Lo ha sido durante los 37 años de democracia y lo va a volver a ser a partir de 2015.

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