Sobre la bocina, sonó la flauta y la insistencia de un Cádiz sin puntería encontró un premio que ya parecía imposible.
Hasta el minuto 93 hubo que esperar para que los amarillos vieran portería y dejaran los tres puntos en casa. Sin duda, un sufrimiento inesperado ante un rival sensiblemente inferior.
Los de Claudio tenían enfrente a un equipo que no había marcado ni un solo gol fuera de casa, algo que dice bien claro el poco poder ofensivo de los rojiblancos. En principio, el Cádiz CF estaba más que obligado a sumar los tres puntos en liza, pero con el paso de los minutos se irían complicando las cosas.
De entrada, Claudio Barragán optaba por el mismo equipo titular de la semana anterior. Y eso incluía al joven Alberto Quintana en el centro, junto a Abel Gómez. El canterano había perdido la semana anterior un balón que originó el gol del Sevilla Atlético, por lo que mostró su caída de ánimos, a buen seguro recuperados al ver que el entrenador continúa confiando en él.
Hugo Rodríguez y Kike Márquez se repartían las bandas un partido más, pero no duraron ni una hora en el terreno de juego, siendo de nuevo los dos primeros cambios de un Cádiz que necesitaba un revulsivo para marcar.
Como no podía ser de otra forma, los gaditanos arrancaron yendo a por el marco almeriense con decisión, pero, eso sí, sin puntería para abrir la lata.
Gianfranco se lució con una mano prodigiosa a remate de Güiza, que empaló el balón tal como le vino, a bocajarro, pero no fue capaz de superar al meta rojiblanco.
Justo antes, Andrés había enviado a la esquina un pase peligroso que casi causa un disgusto.
Pasaban los minutos con un pobre Cádiz sin apenas provocar peligro ante la meta defendida por Gianfranco, que cuando tuvo trabajo cumplió de forma más que sobresaliente.
Tendrían los locales una nueva ocasión, pero fruto de un mal despeje rojiblanco que casi se cuela en la portería de Gianfranco.
Poco o nada más que contar en una primera mitad que comenzaba a provocar enfado y pitos en un gradería muy harto del mal juego cadista.
En la reanudación, más de lo mismo, pero Claudio retiró antes de la hora de juego a Kike y Hugo para contar con Álvaro García y Lolo Plá. Se necesitaba un cambio como el comer y el Cádiz lo hizo doble.
El cambio que no se entendería fue el tercero, ya que con empate a cero en casa no parece muy ofensivo retirar a Alberto Quintana para situar en el terreno de juego a Mantecón. Los pitos crecieron ante el disgusto de este cambio, unido al marcador y al poquísimo peligro amarillo.
La mejor ocasión había sido otro remate a bocajarro de nuevo abortado por Gianfranco, ya sin problemas en el segundo intento, obra de Dani Güiza.
El enfado crecía en las gradas por momentos al comprobar que el Cádiz era incapaz de marcar a un rival, en teoría, más débil.
Y el tercer cambio de Claudio puso la puntilla tras unos minutos en los que se pudo comprobar la poca eficacia de las dos primeras sustituciones.
Lo mejor, un partido más, estaba siendo el nivel de Juanjo y Andrés en los laterales, además de la sensible mejoría de Aridane.
Por si fuera poco, el rival no se echaba atrás ni mucho menos, buscando la portería de un Cifuentes que volvió a salvar puntos. Primero, atajó un disparo blandito, pero a diez minutos del final aguantó de forma magistral en un mano a mano que olía a gol.
Olía a empate un partido con final inesperado. Sonrisas y lágrimas en el terreno de juego repartidas para ambos bandos, llevándose la mejor parte los amarillos cuando en la última acción del choque apareció Lolo Plá con un cabezazo de tres puntos.
El remate inicial de Abel fue desviado de nuevo por Gianfranco, que no pudo evitar la segunda jugada. Y allí estaba Plá para asestar el golpe definitivo, que aportó tres puntos, pero no acalló los pitos.
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