Andalucía

Inversión vasca en Andalucía: más luces que sombras

La toma de Abengoa por Gestamp sería un salto cualitativo enorme respecto a la presencia actual. Grandes grupos como Iberdrola, Aernnova, Aristrain o Sener, ejemplos de casos de éxito frente a Gamesa, CAF o Alestis.

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  • Planta de Sener en Sevilla -

La posible entrada del grupo vasco (con origen en Burgos) Gestamp como accionista de referencia de Abengoa, el primer grupo empresarial con capital y sede en Andalucía, sería la apuesta más relevante de las compañías de País Vasco por la economía andaluza de la historia. Hasta ahora, y especialmente en la última década y media, la comunidad ha atraído a grupos industriales de primer nivel con sede en Euskadi, pero la compra del 28% de Abengoa por Gestamp sería un enorme salto cualitativo. Y, a tenor de la experiencia, la entrada de firmas vascas en la región acumula más luces que sombras.

Iberdrola, la primera eléctrica española con sede social en Bilbao, es el líder por volumen de recursos invertidos en Andalucía: 3.000 millones en los 15 últimos años para hacerse un hueco relevante en el negocio energético regional, hasta entonces monopolio de Endesa. La diferencia con Gestamp, que invertiría sólo 350 millones en Abengoa, es que todos esos recursos se han empleado en construir desde cero centrales de gas y parques eólicos por toda Andalucía.

Otro ejemplo de éxito, y muy reciente, es la compra del producto cordobés de hilo de cobre Cunext Copper por parte de la familia vasca Aristrain, vinculada al sector del acero y una de las más ricas de esa comunidad. Desde entonces, Cunext ha adquirido dos fundiciones más en Asturias y Córdoba y sigue creciendo en ventas.

Termosolar de referencia

En el ámbito energético, el otro gran referente es la ingeniería multidisciplinar Sener, también de Bilbao, que ha construido centrales termosolares en Cádiz y Sevilla. En esta última provincia ha levantado una central con tecnología de torre única en el mundo. Ahora, Sener comparte con el grupo árabe Masdar la propiedad de sus tres centrales andaluzas.

En aeronáutica, es Aernnova (la antigua filial aeronáutica de Gamesa, escindida del grupo) la que lidera el desembarco vaso. Su planta de Aerópolis, y la de Cádiz (comprada a Intec Air) son dos referentes productivos con buenas perspectivas de futuro.

Menos afortunada ha sido la incursión de la citada Gamesa, en su rama de energías renovables, que cerró en 2009 su planta de ensamblaje de paneles fotovoltaicos en Aznalcóllar (Sevilla) por la crisis que sufrió el sector por los cambios legales desde 2008. También ha sufrido vaivenes la factoría de construcción de torres eólicas creada en Linares al amparo del (fracasado) plan de diversificación productiva de Santana Motor. Abierta en 2007, luego vendida al grupo asturiano Daniel Alonso, estuvo a punto de echar el cierre el año pasado pero pasó de nuevo a manos de Gamesa y sigue funcionando.

Como parte de ese mismo plan de diversificación, impulsado por el exconsejero de Innovación Francisco Vallejo, muy proclive al empresariado vasco, llegó a Linares el fabricante ferroviario CAF. Tras la construcción de los convoyes de metro de Sevilla y Málaga, y algunos otros encargos de trenes de cercanías, la fábrica está en el aire tras el despido en julio pasado de sus 29 empleados dedicados a tareas productivas. La falta de carga de trabajo hace temer su cierre entre empleados y agentes sociales de la ciudad jienense.

Con todo, quizá el fracaso más sonado fue el del grupo vasco Alcor, con sede en Vitoria, que tomó la mayoría del proveedor andaluz Alestis Aerospace. Incapaz de gestionar los grandes programas adjudicados al nuevo grupo por Airbus, y asfixiado económicamente, se declaró en concurso en 2012 y Airbus lo tuvo que rescatar comprándolo en 2014.

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