Están a punto de cumplir un año con sus balcones empapelados con pancartas que reivindican su “derecho al descanso” y su “no” al ruido, pero a juzgar por el último fin de semana “infernal” que aseguran haber pasado, de poco les ha servido. Los residentes de la Plaza Vargas llevan dos décadas soportando esta situación y a lo que no están dispuestos es a que nuevas iniciativas “castiguen más a la zona con actos ruidosos” que animen a los clientes a permanecer más tiempo bebiendo fuera de los pequeños locales de copas.
Así se lo han trasladado los vecinos cuya ventana da a esta plaza al presidente de la asociación vecinal Centro Histórico, Alejandro González, que valora la iniciativa de llevar la música en directo a los balcones, pero entiende que esta zona ya está bastante quemada como para albergar este tipo de propuestas.
“El concierto estaba autorizado, pero beber en la calle hasta las cuatro de la madrugada no. Lo de los conciertos no es que sea malo en sí, porque termina a horas prudentes (a las 23.30 horas), lo malo es que muestra la nula sensibilidad que se tiene con unos vecinos que está supermaltratados y superquemados”, sostiene González, que exige al Ayuntamiento el cumplimiento de las ordenanzas. “¿Por qué no se organizan eventos culturales de calidad?¿Es que todo tiene que ser ruido y beber en la calle?Aquí se están dando licencias de bar de copas cuyo aforo máximo es de ocho personas...”, critica el representante vecinal. Y es que los restos de botellas y vasos que había en la Plaza Vargas y sus alrededores delataban que había sido una noche muy larga.
Por ello, en la asamblea del próximo jueves 30 estudiarán también los problemas de la movida de este espacio, sin que se descarten nuevas acciones de protesta.
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