El Ministerio Público ha interesado una pena de 12 años de prisión por un delito de agresión sexual para Jonathan Moya, el presunto asesino de la bebé onubense de 16 meses de La Palma del Condado, hallada muerta en Fiñana (Almería) en 2012, quien habría violado a la madre de ésta.
La calificación del fiscal, consultada por Efe, recoge que a finales de octubre de 2012, Jonathan Moya contactó a través de WhatsApp con la mujer, gracias a un anuncio publicado en una página web.
La Fiscalía señala que el acusado, desde un primer momento, "ocultó su verdadera identidad" y se identificó con el nombre de Juan, asegurando a su víctima que era "un rejonerador de prestigio, con fincas de ganadería y un nivel de vida alto".
El fiscal insiste en que hizo esto para "ganarse la confianza de la mujer".
De esta forma, Moya se personó el 18 de noviembre de 2012 en la Palma del Condado, municipio en el que residía la mujer, y convivió con ella y su familia hasta el 5 de diciembre de dicho año, cuando se marchó al "no cuajar la relación".
A pesar de ello, a mediados de dicho mes volvió a contactar con ella y le pidió que fuese a Almería con el "pretexto de que quería regalarle a su hija Mirian un traje para bautizarla".
La mujer se desplazó en tren desde la Palma del Condado a Guadix (Granada) junto a su hija, señala el fiscal, llegando a la localidad granadina sobre las 23.00 horas del 19 de diciembre de 2012.
Allí las esperaba Moya, que las recogió en su automóvil y, una vez en la autovía A-92, tomó el desvío de Las Huertezuelas, "conduciendo por carreteras secundarias y caminos rurales" que eran "perfectamente conocidos" por él.
El Ministerio Público apunta que hizo esto con la finalidad de "desorientarlas hasta llegar a las proximidades de la localidad de Nacimiento (Almería).
"Después de pasar una fría noche dentro del coche de Moya, el acusado las llevó a otro paraje de la comarca -deshabitado y con escaso tránsito de personas-", añade el fiscal.
En dicho lugar y "en presencia de la menor" Moya habría atado con una cuerda por detrás de la espalda las manos de la mujer y la habría violado.
La Fiscalía sostiene que la víctima "estuvo llorando y diciéndole al acusado que no quería" durante todo el acto sexual, si bien no empleó resistencia física "debido a que la cohibía la presencia de la menor, a la que no quería asustar, y al gran temor de que pudiese hacerle un daño mayor a ella o a su hija".
A su vez, en la calificación se hace constar que Moya está acusado en un procedimiento en trámite por la detención ilegal y asesinato de la bebé, "tratándose de unos hechos posteriores e independientes de los relatados".
En lo que se refiere a este último procedimiento, el Ministerio Público solicitará penas que suman 26 años de prisión para Moya, y pide expresamente que por el Tribunal se ordene que, "sea cual sea la evolución del condenado, no podrá concedérsele el tercer grado de clasificación penitenciaria hasta el cumplimiento de, al menos, la mitad de la condena".
Pide a su vez que se imponga al acusado una indemnización de 300.000 euros para la mujer, como responsable civil directo en concepto de reparación por el daño moral causado con los intereses legales que le correspondan.
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