Mamen Sánchez es desde este pasado sábado alcaldesa gracias a los votos de sus siete concejales y, sobre todo, al respaldo de Ganemos e IU, que finalmente han optado por quedarse fuera del Gobierno al no suscribir ningún pacto con el PSOE. La aparente debilidad de un Ejecutivo en minoría -de siete concejales sobre un total de 27- contrasta en la práctica con la realidad, ya que la legislación en vigor deja el peso de la gestión diaria en manos de la Junta de Gobierno Local. Con la aplicación de la Ley de Grandes Ciudades, el Pleno se convierte en un órgano de debate, pero su poder decisorio es bastante limitado.
Así, el Pleno -donde el PSOE sí está en franca minoría- queda básicamente para aprobar los presupuestos anuales, ordenanzas y reglamentos varios. E incluso documentos como los presupuestos pueden ser prorrogados, como de hecho ha ocurrido en la pasada legislatura a pesar de que el PP tenía capacidad para aprobarlos en cualquier momento al disfrutar de mayoría absoluta.
En caso extremo, la Junta de Gobierno tiene capacidad para aprobar unos presupuestos ya prorrogados al año siguiente.
En la práctica, el gran hándicap que tiene un gobierno en minoría es la posibilidad de que sea objeto de una moción de censura en cualquier momento. Para ello sería necesario al menos el respaldo de catorce concejales de la oposición, que deberían proponer a un candidato y posteriormente respaldarlo con sus votos. Las cuentas para esa moción de censura no salen, ya que que cualquier combinación supondría una alianza entre PP y Ganemos o PP, Ciudadanos e IULV-CA. Cuatro años son muy largos, pero parece bastante improbable que pudiera cuajar ninguna de estas alianzas.
Apoyo ‘externo’ al Gobierno
La Ley de Grandes Ciudades también contemplaba la figura del concejal no electo, lo que permitía que los gobiernos locales se dotaran de un número mayor de miembros al obtenido a través de las urnas. Sin embargo, una sentencia del Tribunal Constitucional echó por tierra esta posibilidad.
Lo que sí puede hacer un Gobierno para ganar efectivos es nombrar asesores o personal de confianza, ejerciendo en la práctica como miembros de ese Ejecutivo aunque sin derecho a participar en los plenos.
Esta figura permitiría que el Gobierno de Mamen Sánchez pudiera repartir el peso de la gestión diaria y de este modo hacer más llevadera una tarea que, en todo caso, contaría también con el respaldo de los técnicos.
Sea como fuere, lo que sí parece claro es que el Gobierno local que preside Mamen Sánchez tendrá mucho más poder real que aquél que aparentemente pudiera pensarse tras la decisión de Ganemos e IULV-CA de quedarse en la oposición, que el tiempo dirá si fue o no acertada.
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