Pero su salida del Consistorio barreño conlleva daños colaterales en el deporte de la localidad, especial -y casi únicamente- en el baloncesto, que salvo giro casi radical de los acontecimientos, dejará su plaza en la LEB.
De todos es conocido que el principal valedor del cuadro gualdiverde ha sido y es Alonso Rojas (siempre señalado por el presidente de la entidad, Juan España, como Presidente de Honor del club) que no ha escatimado dinero año tras año para mantener el equipo en la Liga Adecco LEB Oro desde que en 1997 adquirieran la plaza del UDEA (luego Ciudad de Algeciras, que también terminaría sus días vendiendo su plaza, en este caso al Bruesa), con presupuestos de salida que han llegado a rondar los 80 ó 90 millones de las antiguas pesetas y que incluso han terminado por aumentar considerablemente por la marcha y contratación de extranjeros en plena temporada o la destitución y fichaje de entrenadores a lo largo de una campaña.
Precisamente este dispendio monetario (no cabe la menor duda de que el deporte, y en este caso el cuadro del Samuel Aguilar, era y es el mejor reclamo publicitario para la Villa) le ha acarreado numerosas críticas por parte de la oposición, especialmente de Partido Andalucista y de Izquierda Unida, que muchas veces han lamentado en diferentes ruedas de prensa los altos presupuestos del club barreño cuando más del noventa por ciento salía de las arcas municipales.
La situación actual del club es de crisis económica total, debiéndose hasta cuatro mensualidades a plantilla y cuerpo técnico y con pocos visos de arreglarse, al menos a corto plazo, pese a que España ha comentado en más de una ocasión que el aval depositado en Federación haría frente a las deudas, aunque éste, como mucho, daría sólo para tres meses de deudas.
Es aquí cuando se llega al punto de entenderse todo... o nada, pues los jugadores firman sus contratos con el club y no con el Ayuntamiento, pero es la entidad la que no ha generado los suficientes dividendos y siempre ha terminado llamado a la puerta de la Casa Consistorial para que ayude, hasta que este año ya no ha podido.
¿Y las ayudas?
Esta campaña el club partía con varios patrocinadores que por mor de la dichosa crisis se han ido quedando en el camino y que han propiciado estos impagos.
Pese a que Alonso Rojas ha tenido que pasar incluso por la justicia (el famoso caso Dytras que le inhabilitaba para el cargo) sí que es de reseñar que ha estado al lado de los profesionales y ha seguido buscando ayudas para poder paliar este problema. Su marcha deja un interrogante: ¿Qué pasará con estas promesas adquiridas por el edil con estas empresas?
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