Casi un tercio de los senadores (78 de los 266 que componen la Cámara Alta) no asistió a la votación definitiva de la nueva ley de control económico financiero de los partidos políticos, la última que se debatió y votó en el largo Pleno del Senado esta semana. Las ausencias se repartieron por todas las bancadas del hemiciclo.
Es habitual que entre 20 y 50 senadores se ausenten de las votaciones plenarias, ausencias que justifican ante sus grupos parlamentarios y están autorizadas por sus direcciones, que conocen por qué sus señorías no pueden asistir. La ley más importante del año, la de Presupuestos del Estado, se aprobó por ejemplo en diciembre con 20 ausencias; la bajada del IRPF, en noviembre, salió adelante faltando 43 senadores.
Al margen de enfermedades, estas faltas justificadas se deben a que muchos de ellos ostentan más de un cargo público y son alcaldes, concejales o parlamentarios autonómicos además de senadores, por lo que deben atender otros frentes institucionales y políticos.
El Pleno de esta semana fue más largo de lo habitual; el contenido era tan extenso que se acordó incluso la posibilidad de prolongar las sesiones hasta el viernes: se aprobaban cinco leyes del calado del Código Penal, el pacto antiyihadista o las medidas de regeneración democrática, que se sumaban a 21 preguntas y cinco interpelaciones a miembros del Gobierno y otras cinco mociones.
En la tercera jornada y en la última votación, que tuvo lugar el jueves pasadas las 20,30 horas, las ausencias se elevaron a 78, lo que supone el 30 por ciento de los 266 senadores que se sientan en el hemiciclo. Se votaba entonces la nueva ley de controles económico-financieros de los partidos políticos, una de las normas estrella del paquete contra la corrupción presentado en el Congreso por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.
Las bajas se registraron en todas las bancadas: 35 eran del PP
(21% de los 160 senadores del Grupo Popular); otros 21 del PSOE (un tercio de los 64 socialistas); de CiU faltaron cinco (40% de los 13 con escaño); de la Entesa pel Progrés de Catalunya, casi la mitad, 4 de 9; del PNV sólo faltó un senador (son 5) y del Grupo Mixto, el 80% (son 15 y faltaron 12).
ENTRE 20 Y 50 AUSENCIAS HABITUALES
Para comparar, el martes por la noche se votaba una moción a las 22,25 horas con la ausencia de 47 senadores, en la media de los que suelen faltar a los plenos. Al día siguiente, el miércoles, se mantuvo un número similar de ausencias durante la mañana y la cifra se redujo a 28 senadores ausentes por la tarde, en la votación de la reforma del Código Penal.
Volvió a subir a 41 cuando, a medianoche, se votó la proposición de ley con nuevas medidas contra el terrorismo, derivado del pacto antiyadista firmado entre PP y PSOE.
Las cifras de este pleno se repiten en cada sesión: entre 20 y 50 ausencias. Es esta una legislatura en la que el PP tiene amplísima mayoría absoluta, con 160 de 266 escaños. Esto hace que la presencia de cada senador no sea imprescindible para ganar o perder votaciones, como sí ha ocurrido en otras legislaturas más ajustadas.
Por ejemplo, en 2008, el PP ganó con 101 senadores, pero el PSOE, obtuvo 88 y la Entesa pel Progrés de Catalunya, formada en parte por el PSC, 12; además, CiU tenía 4 senadores, el PNV tuvo dos y Coalición Canaria, 1.
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