La ciudad necesita respuestas sobre el Centro de Formación de Tropas (Cefot) de Camposoto lo mismo que ha obtenido respuesta el Cefot de Cáceres. Ahí lleva toda la razón el portavoz del PSOE en el Parlamento de Andalucía, Mario Moreno, cuando este jueves pedía que el Ministerio de Defensa dejara claras sus intenciones, que lo hiciera llegar al alcalde de San Fernando y que lo hiciera por escrito.
Una respuesta del Ministerio de Defensa, mejor positiva para los intereses de la ciudad que negativa, acabaría al menos con el circo político que se forma cada vez que chocan distintas administraciones que en España es sinónimo de enfrentamiento político antes que de colaboración.
Pero no es menos razonable exigir que esa respuesta, en el caso de que sea negativa para los intereses de la ciudad, no llegue de la misma forma que han llegado todas, desde el desmantelamiento progresivo de instalaciones militares hasta la marcha de unidades y servicios que formaban parte de la historia de la ciudad. O sea, trasladándolos a otras ciudades sin recibir a cambio ninguna contraprestación, que visto que el trato especial siempre demandado sólo llegó a ser una pantomima del Gobierno socialista, se antoja que lo mejor es que desafecten los terrenos que ya no tengan valor para la defensa nacional.
Porque, adelantándose a los acontecimientos -que aún adelantándonos iremos tarde con Defensa- lo que no sería de recibo es que además de cerrar el Cefot, quede como barbecho un millón de metros cuadrados como zona de seguridad de una batería de costa que por mucho que digan, se pudo quedar en Algeciras, donde la querían, lo mismo que Cáceres siempre quiso su Cefot y se lo quitaron.
Y que se ahorren decir que a los militares los han echado los isleños, que los isleños no ganan una batalla desde la Guerra de la Independencia.
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