Los hermanos de la Hermandad de Nuestra Señora del Rosario en sus Misterios Dolorosos, que por segundo año han celebrado sus cultos en la iglesia Mayor parroquial, nueva sede canónica de la hermandad, ofrecieron un gran testimonio de devoción a su titular y de solidaridad, depositando alimentos a los pies del altar de la Virgen.
A lo largo de todo el día, los fieles que quisieran podían depositar víveres en las cestas colocadas a los pies del altar, y ya por la tarde, fueron los hermanos quienes llevaron víveres y flores para la Virgen. La alta participación de hermanos en el triduo y el gesto solidario, marcan un nuevo tiempo para una hermandad que ha vivido años duros, aunque con un final feliz.
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