La Unidad de Cirugía Cardiaca del Hospital Universitario Virgen del Rocío ha extendido el uso de la técnica quirúrgica mínimamente invasiva que permite colocar y reparar válvulas cardiacas a través de tres pequeñas incisiones. Por ello, la Unidad Intercentros del Área de Corazón de los Hospitales Virgen Macarena y Virgen del Rocío ha organizado un curso de cirugía cardiaca mínimamente invasiva, al que asisten 70 especialistas de toda España.
El objetivo es conocer el procedimiento y los excelentes resultados de esta técnica, según José Miguel Borrego y Ana Hernández, directores del curso. Entre ellos, destaca una supervivencia del cien por cien de los pacientes.
Además, y según una nota de prensa, reduce a la mitad el tiempo que necesita la persona para volver al trabajo o a sus actividades diarias (de 12 a 6 semanas), reduce el dolor postoperatorio, mejora la recuperación respiratoria y funcional tras pasar por quirófano y minimiza el riesgo de infecciones, si se compara con la cirugía clásica abierta. "Todo ello, gracias al trabajo coordinado de perfusionistas, anestesistas, instrumentalistas y cirujanos", añaden Borrego y Hernández.
Hasta 2007 la esternotomía era la técnica quirúrgica de elección y suponía un abordaje único a través de una herida de entre 20 y 25 centímetros que se hacía para lograr la apertura completa del esternón. El Hospital Virgen del Rocío fue el primer centro andaluz en incorporar, en 2008, la cirugía mínimamente invasiva para la colocación y reparación de las válvulas mitrales y aórticas, gracias a un programa de la Agencia de Calidad Sanitaria de Andalucía que incluía una estancia formativa en un laboratorio de entrenamiento en Estrasburgo (Francia).
Desde entonces, los pacientes que solo sufren enfermedades de las válvulas y presentan un buen acceso femoral son candidatos a beneficiarse de este tipo de cirugía, que se realiza a través de tres incisiones o puertos de entrada: una en la ingles de dos centímetros para asistir al corazón con la bomba de circulación extracorpórea, otra de unos seis centímetros aproximadamente en la región submamaria para acceder al corazón, y una tercera de tan sólo 0,5 centímetros para introducir una cámara de video por donde el cirujano va observando el proceso quirúrgico. En concreto, una veintena de personas son operadas de este modo cada año en el hospital sevillano.
El curso, donde se presentan todos estos resultados, se ha celebrado en el salón de actos del Instituto de Biomedicina de Sevilla (IBiS). En él han participado profesionales de los Hospitales de Las Cruces de Bilbao, el Policlínico Universidad Sapienza de Roma, y el Hospital de la Princesa de Madrid.
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