FIBA Europa, el máximo organismo del baloncesto europeo, lo llama ‘Campeonato de Europa para países pequeños’. Gibraltar acoge estos días y hasta el domingo un torneo que se viene celebrando desde 1988 de manera bianual y que ha registrado en su palmarés países no precisamente pequeños en cuanto a tamaño. Pero el término de FIBA Europa se refiere más a lo que los participantes representan o representaron en su momento en el baloncesto del Viejo Continente que a su longitud territorial.
Austria, Dinamarca o Irlanda saben lo que es alzar este torneo, una competición ideada en su día por la FIBA para que los países más flojos de nivel pudieran competir entre ellos, sin ser arrollados por las grandes potencias y supieran lo que es estar cerca de los triunfos y de las medallas.
El baloncesto europeo se estructuró durante años en varias divisiones, donde el ‘Campeonato de Europa para países pequeños’ o División C ocupaba la cola del tren. La ampliación del número de participantes a 24 en el Eurobasket de Eslovenia 2013 y el hecho de que vaya a darse la misma cifra de selecciones en la cita europea de 2015 (falta por saber dónde será, tras no poder acogerlo una Ucrania rozando la guerra civil) ha terminado con el sistema de divisiones. Esa realidad y la mejora de algunos combinados, como Islandia , Austria o Dinamarca, ha reducido el Campeonato de Europa para países pequeños a su mínima expresión.
El 'Campeonato de Europa para países pequeños' es la oportunidad de los más modestos del basket del Viejo Continente para poder competir a su nivel y sentirse ganadores de algo.
Andorra, actual campeona, San Marino, Gales, Escocia, Malta y la anfitriona, Gibraltar, dirimen estos días qué selección es la mejor de entre las peores. La propia Gibraltar, experta en estos torneos desde hace algunos lustros, encajó como apertura una derrota ante Andorra (48-83), rematada con otro vapuleo de San Marino (39-80). Pero no quedará eliminada, porque el sistema de competición hace que los segundos y terceros de cada grupo jueguen unas eliminatorias para acceder a las semifinales, donde esperan tranquilamente los campeones de grupo, cuyo único premio es no tener que jugar unas semifinales extras.
En el otro grupo, Malta, donde juega el gigante Samuel Deguara, que llegó a intentarlo varias veces en el Benetton de Treviso, o Darryl Jackson, un anotador maltés de padre estadounidense que jugó en la isla en los años 80, se ve las caras ante Gales y Escocia. Son, junto con los andorranos, los favoritos claros para alzar el ‘Campeonato de Europa para países pequeños’, una oportunidad para que incluso el basket más modesto pueda ser, a su manera, campeón de Europa.
Envía tu noticia a: participa@andaluciainformacion.es