Casi 20.000 personas han visitado el Belén Viviente escenificado este fin de semana en la calle Arroyuelo, según los datos facilitados hoy por el delegado municipal de Fiestas, Agustín Díaz, quien ha destacado que “este elevado número de asistentes pone de relieve el arraigo con que cuenta este evento en la ciudad, convirtiéndose por tercer año consecutivo en uno de los principales reclamos para atraer visitantes a la ciudad durante la Navidad”.
Así, según los datos hechos públicos por el citado concejal, de los tres días de exposición, el domingo ha sido el de más afluencia. No obstante, el plazo medio de espera para acceder al Belén Viviente todos los días no ha sido menor de cuarenta minutos, “lo que motivó que se retrasase el horario de cierre previsto inicialmente, dando así la oportunidad de acceder al mismo a todas las personas que aguardaban en la cola”.
En este sentido, el edil ha expresado su “agradecimiento por el civismo y la compostura de todos los ciudadanos que acudieron a este evento, ya que las colas fueron largas, pero organizadas, pese a que llegaban hasta Corredera Baja”
En esta línea, y de cara al próximo año, Agustín Díaz ha asegurado que “ya se está trabajando con los precursores de esta iniciativa para tratar de ampliar este actividad en la siguiente edición. En principio, un local aún más grande permitiría la participación de más personas, incrementando de esta forma la atracción”.
En este punto, el Equipo de Gobierno, así como el alcalde de Chiclana, Ernesto Marín, han mostrado su “agradecimiento a todos los participantes en el Belén Viviente por su labor voluntaria y desinteresada, que, una vez más, ha permitido ofrecer a los chiclaneros y a todos los que se han acercado a la calle Arroyuelo, un espectáculo navideño fruto del trabajo de muchas personas que desde octubre han estado ensayando para que todo haya resultado perfecto”.
Este año, un centenar de voluntarios de todas las edades han representado durante el fin de semana los personajes propios de la época, con la presencia de pastores, lavanderas, cantineros, tejedores, panaderas, alfareros, soldados romanos, animales de granja, así como el pesebre con San José, la Virgen María y el Niño Jesús, acompañado de los Reyes Magos, Herodes o Herodías, entre otras figuraciones, todo ello alrededor de un patio que recreaba la vida cotidiana de Belén. En esta exquisita representación realista, hasta el bebé en la cunita era de verdad.
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