Jerez

El ?Cervantes? de Gibraltar despierta interés nacional

Críticos de uno y otro lado de la frontera matizan sus posturas sobre la apertura

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  • El diario nacional refleja el cambio político que ha propiciado la vuelta de la lengua española
La sede del Instituto Cervantes, que previsiblemente antes de finales del presente año abrirá sus puertas en un edificio de Irish Town en el Peñón y lo que esta representará tanto para españoles como para gibraltareños, ha sido  tema de un reportaje a que toda página publicaba el diario nacional El País en su edición de ayer domingo.
“Con el cierre de la frontera se logró poner en contra a la juventud gibraltareña, que se concentró en la lengua y cultura inglesas, que ha ido imperando cada vez más y más”, analiza para El País Salomon Seruya, descendiente de sefardíes expulsados de España y asentados en Gibraltar desde hace 265 años. “Por si su memoria no bastara, Seruya vuelve al pasado con un óleo: una mujer y sus hijos asomadas a una verja. Las familias, partidas entre España y Gibraltar, se relacionaban a gritos entre los barrotes. Truncar la comunicación fue más rápido que reconstruirla”, señala el diario, añadiendo que para que las palabras regresen de nuevo de la mano de la política se han necesitado 40 años desde aquel bloqueo.

Recuerda el diario que el Instituto Cervantes, el organismo de promoción de la lengua y la cultura españolas en el exterior, abrirá a finales de 2009 una sede en la calle Irish Town, en un edificio cedido gratuitamente por una adinerada familia gibraltareña y en el que España invertirá 250.000 euros para la reforma. Incluida en los acuerdos firmados por Reino Unido, España y Gibraltar en 2006, los famosos Acuerdos de Córdoba, la iniciativa también está demostrando una vez más, matiza la publicación nacional, lo cerca que están los extremos.

Críticos
Como no podía ser de otra manera, en España, “los críticos consideran que significa el reconocimiento de la soberanía de Gibraltar dado que los Cervantes sólo abren puertas en países extranjeros”. En Gibraltar, subraya El País, “los ultramontanos se indignan enseñoreándose con el retorno de una bandera a la que ven como una pica en Flandes”.

Citan declaraciones del ministro principal de Gibraltar, Peter Caruana cuando decía que para él “el Instituto Cervantes no tiene dimensión política sino de lengua y cultura. Al Gobierno de Gibraltar le interesa que se sepa de culturas y lenguas. El idioma es un bien socioeconómico y la gente se enriquece hablando cuantas más lenguas pueda”. Por su parte  Carmen Caffarel, directora del Instituto Cervantes manifestaba que “en España también tenemos dos centros en Madrid y Alcalá de Henares. Se puede mirar como se quiera, pero cuantos más sedes tengamos mejor. El de Gibraltar surge de un acuerdo mutuo de colaboración, algo positivo siempre”.

“La preeminencia inglesa y el llanito de andar por casa hacen que el dominio del español sea regular, a pesar de que se enseña como asignatura obligatoria entre los 8 y los 16 años”, se matiza en el artículo. Bernardo Linares, que fue ministro de Educación entre los años 1996 y 2007, asegura, está ansioso por la apertura del Instituto Cervantes, igual que otros amantes de lo hispano. “El bilingüismo es un caudal y es una pena que no se asiente bien”, indica Linares.

Hubo una edad de oro en la que fue un idioma influyente. “Hasta la Guerra Civil, la intelectualidad gibraltareña hablaba español, se interesaba por el teatro de Margarita Xirgu, iba a las corridas de toros en las ferias y leía la prensa española, era cosa de casa”, concluye el artículo con palabras de Seruya. Para acceder a periódicos españoles ahora tienen  que adquirirlos en La Línea.

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