El convento de Santa Úrsula lleva cerrado cinco años y desde entonces, la diócesis de Jaén espera que finalicen los trámites para que la iglesia de éste sea de su propiedad y establecerla como templo de culto, independientemente del convento, propiedad de la comunidad de agustinas de Villafranca del Bierzo. Así lo ha confirmado a VIVA JAÉN el anterior visitador de conventos de la diócesis, Rafael Higueras.
Cuando la comunidad de religiosas agustinas contemplativas fue muriendo, a Jaén llegaron aspirantes de la India y de Perú, pero en menos de un año fueron falleciendo las hermanas y quedaron sólo dos monjas. Se pusieron en contacto con la Federación de Agustinas Contemplativas y las hermanas de Jaén se unieron con las del convento de agustinas de Villafranca del Bierzo, donde han ejercido su vocación contemplativa ayudando y educando a internos de un orfelinato.
Antes de partir de Jaén donaron la imagen de Santa Rita, obra de Jacinto Higueras, a la parroquia de La Magdalena, donde sigue recibiendo culto. De hecho a la iglesia del Convento se le conocía como la iglesia de Santa Rita, según recuerda Rafael Higueras.
Desde estos mismos cinco años está abierto el proceso de segregación de la Iglesia para poder continuar con el culto en esta parroquia, por deseo expreso de las últimas religiosas. Ahora el convento es propiedad de las agustinas de Villafranca del Bierzo y el uso de sus instalaciones es competencia de la comunidad de religiosas del pueblo leonés, de la diócesis de Astorga.
Higueras aclara que la diócesis no tiene competencias sobre las instalaciones, que reconoce están “muy deterioradas” a pesar de las bellas trazas de un espacio de en torno a los tres mil metros cuadrados.
El Papa Francisco ha expresado en los últimos días su postura ante los conventos vacíos que existen, entre ellos el de la capital, recordando que no están para transformarlos en albergues u hoteles para negociar con ellos.
Higueras ha reconocido que desconoce la intención de la comunidad de agustinas de Villafranca del Bierzo, asegurando que la diócesis de Jaén no tiene nada que ver en su futuro uso, porque no es la propietaria.
El monasterio de Santa Úrsula se abrió en la mitad del siglo XVI, habiendo vivido en él monjas contemplativas de la orden de San Agustín. La historia de este monasterio siempre se ligará a la vida del barrio de La Magdalena y de la ciudad de Jaén.
Las manos de las religiosas elaboraron antaño las conocidos yemas de Santa Úrsula, que aún se recuerdan en el paladar jienense.
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