La Consejería de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente de la Junta de Andalucía prevé que durante la presente campaña la superficie de cultivo bajo control biológico en la provincia se incrementará un siete por ciento con respecto a la campaña anterior hasta alcanzar las 26.720 hectáreas gracias a las estimaciones realizadas especialmente en relación al cultivo de tomate.
Según las previsiones de la Junta elaboradas a partir de datos facilitados por el sector, la horticultura almeriense aplica el control biológico en un 93 por ciento de la superficie de invernadero. En este sentido, se considera que en buena parte de las explotaciones bajo plástico, en un mismo invernadero se cultivan dos productos, con lo que "se puede decir que la provincia cultiva ya con control biológico un 65 por ciento del total de las frutas y hortalizas cultivadas bajo plástico".
Según apunta la Junta en un comunicado, en la campaña 2013-2014 el tomate continuará con la incorporación de estos procesos y superará las 8.800 hectáreas tratadas de control biológico, lo que supondrá un incremento del 20 por ciento en comparación con la pasada campaña. El 85 por ciento de las plantaciones de tomate ya se cultivarán con control biológico de plagas, "porcentaje que incluso podría ser mayor, ya que todavía no se han realizado todas las plantaciones de tomate".
Por su parte, el pimiento podría crecer entre un dos y un tres por ciento, lo que se traduce en unas 250 hectáreas más hasta alcanzar las 8.100 hectáreas. Es decir, el 95 por ciento de la superficie dedicada a esta hortaliza en la provincia.
En cuanto al resto de cultivos, con datos todavía provisionales, se prevé que con "pequeñas oscilaciones" se mantenga la misma superficie de cultivo con control biológico que en la campaña pasada: en berenjena, 1.200 hectáreas; en calabacín, unas 970; en judía, 140; en pepino, casi 2.800; en melón casi 2.700; y en sandía, más de 2.000 hectáreas.
Según el delegado territorial de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente en Almería, José Manuel Ortiz Bono, esta práctica "supondrá una considerable reducción de los tratamientos con productos fitosanitarios y un ahorro para el agricultor en los gastos de campaña y, sobre todo, atenderá a los gustos de consumidores cada vez más exigentes con la calidad y la seguridad de los alimentos".
En este sentido, un estudio de Ifapa realizado en la campaña 2011-2012 sobre las 3.150 hectáreas de tomate de control biológico indica que este método supuso un ahorro de 55 por ciento en productos fitosanitarios.
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