La autopsia preliminar practicada al cuerpo sin vida de Antonio Hernández, tripulante del pesquero 'El Nene' de 50 años, revela que no falleció por ahogamiento aunque confirma que inhaló humo en el transcurso del incendio desatado a bordo, lo que contribuyó a agravar la patología de asma crónica que padecía.
Así lo han indicado a Europa Press fuentes del caso, que han precisado que los datos del informe realizado por los peritos forenses del Instituto de Medicina Legal de Almería (IML) señala la no presencia de agua en los pulmones, lo que descarta la muerte por ahogamiento y apunta a un "colapso".
El pesquero 'El Nene', propiedad del presidente de Asopesca, Antonio Quero, quien declara este martes en Capitanía Marítima en el marco de la investigación para esclarecer las causas del accidente, sufrió un incendio este martes a las 07,00 horas cuando se encontraban navegando a unas 14 millas náuticas al sur del puerto de la capital.
La tripulación, compuesta por cinco marineros, dio aviso al centro operativo de Salvamento Marítimo de Almería, que activó para el rescate al helicóptero 'Helimer 205' y a la embarcación 'Salvamar Denébola'. Al tiempo, se unieron al operativo la patrullera 'Río Miño' del Servicio Marítimo de la Guardia Civil y el pesquero 'Mi Afriquita'.
Estos últimos efectivos, que se encontraban en aguas cercanas al lugar del siniestro, procedieron al auxilio con vida de cuatro de los náufragos, que se hallaban en el mar y presentaban síntomas de hipotermia, mientras que el cuerpo sin vida de Antonio Hernández era localizado a las 10,40 horas.
Fue recuperado y trasladado hasta el puerto de Almería, donde voluntarios de un equipo de respuesta inmediata ante emergencias (ERIE) de la Cruz Roja se encontraba atendiendo a los supervivientes y a los familiares del fallecido, quienes presentaban un cuadro de ansiedad.
Aunque los efectivos de Salvamento Marítimo se afanaron por intentar sofocar las llamas en el pesquero, de fibra de carbono y 23 metros de eslora para su trasladarlo a puerto, el barco de arrastre, botado en el año 2055, terminó por hundirse en el mar debido a la rápida degradación a consecuencia del fuego, que, según los primeros datos, se desató en la sala de máquinas.
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