Huelva

Experiencias con cultivos energéticos

El profesor titular del Departamento de Ciencias Agroforestales de la Universidad de Huelva, hace una semblanza de las ventajas del empleo de la biomasa como combustible para generar energía que sustituya a las que generan el temido CO2

Publicidad AiPublicidad AiPublicidad AiPublicidad Ai
Publicidad Ai
Publicidad Ai

La emisión de gases con efecto invernadero (CO2 principalmente) consecuencia de la actividad humana y su alto consumo energético, está cambiando el clima hacia una mayor aridez, de lo que no se libra la provincia de Huelva. Por ejemplo, se ha multiplicado por 10 el consumo de energía por persona en los últimos 250 años; solo en el Siglo XX se ha consumido más energía que en todos los siglos anteriores juntos, desde la más remota antigüedad.  El uso cotidiano de electrodomésticos, calefacción, vehículos a motor, etc., se ha traducido en progreso, comodidad y calidad de vida pero a costa de contaminar (mares, océanos, atmósfera) y de deforestar. Por tanto, debemos reaccionar ante ello mejorando nuestra eficiencia energética, reduciendo las emisiones y manteniendo las masas boscosas, para contribuir a la mejora del medio ambiente sin renunciar a la calidad de vida y dejar las generaciones venideras un mundo mejor. No obstante, seguimos consumiendo combustibles fósiles (petróleo y carbón principalmente) y emitiendo a la atmósfera el carbono qua ya estaba secuestrado en ellos, mientras que el uso de fuentes de energía renovables (hidráulica, eólica, biomasa, etc.) no aumenta al ritmo deseado. No se trata de nada nuevo, sino de aplicar los conocimientos actuales para que el uso de estas tradicionales fuentes de energía puedan competir con los combustibles fósiles,en aquellos lugares en que sea posible, a la vez que reducimos las emisiones de contaminantes y gases de efecto invernadero.
      Consecuencia de ello, la degradación de las tierras más frágiles y áridas (la desertificación) está ocurriendo a un ritmo acelerado, influido tanto por factores climáticos como por la actividad humana. Solo en España se pierden por erosión 1.000 millones de toneladas de suelo anuales, que en Andalucía afecta al 22% de su territorio. Si consideramos el efecto combinado de la erosión, el aumento de la población mundial, la contaminación y el cambio climático, el panorama futuro es desalentador, puesto que los sistemas agrícolas y forestales son cada vez menos productivos, derivando en pobreza, abandono de los ecosistemas agrarios marginales, huida a las ciudades y agravamiento de la desertificación. El suelo no solo es fuente de riqueza y producción sino que es un gran sumidero de carbono (más del 80% del carbono almacenado en nuestros bosques está en el suelo).
    En el caso de la biomasa vegetal como fuente de energía, la provincia de Huelva tiene un gran potencial, por su tradición forestal y agrícola y por su clima. Recientemente se han desarrollado iniciativas a nivel nacional (p.ej. proyecto On-cultivos) y regional, donde se ensayan diversos tipos de cultivos (herbáceos, oleaginosos, leñosos) y el aprovechamiento de residuos agrarios y forestales. Huelva debe estar colocada en la vanguardia del conocimiento sobre la producción, uso y exportación de energía producida a partir de la biomasa, pero sin olvidar que se debe realizar de forma ordenada y sostenible. De hecho ya es una realidad, como lo demuestra la actividad empresarial de la compañía Ence-Energía y Celulosa y las acciones de divulgación e investigación llevadas a cabo por la Junta de Andalucía o la Universidad de Huelva.
     En concreto, desde el Departamento de Ciencias Agroforestales de la UHU trabajamos desde hace más de una década con la selección de genotipos leñosos (especies, variedades o clones) altamente productivos y adaptados al clima y suelos de la provincia. Este tipo de cultivos está llamado a ocupar suelos degradados y marginales, de baja producción para una agricultura tradicional, proclives al abandono, bajo un clima con sequía estival y sobre suelos pobres. Entre las especies ensayadas tenemos eucaliptos, chopos, sauces, paulownia, diversas leguminosas y casuarinas. Las principales características que se buscan son alta producción, poder energético, capacidad de rebrote de cepa, baja o nula capacidad de invasión de otros terrenos, resistencia a la sequía, eficiencia en el uso del agua y de los nutrientes. Se han obtenido producciones de más de 30 t/ha/año (materia seca leñosa) con menos de 900 mm/año (considerando lluvia + riego). Las productividades en secano disminuyen en proporción al agua caída. Los genotipos más destacados corresponden a eucaliptos, aunque también algún clon de chopo. Los chopos en general se adaptan peor a Huelva por problemas de pulgón y roya. Sus poderes caloríficos superiores (4.600 kcal/kg) y el contenido de cenizas (<3%) los hacen viables para su uso energético. Se han detectado parámetros morfológicos y fisiológicos que permiten avanzar en la selección de genotipos resistentes y productivos en condiciones de sequía, ya aplicados a programas de mejora de especies forestales productivas como Eucalyptusglobulus. Respecto al suelo, en una parcela con una leguminosa del género Leucaea, a la cual se llevan dados 7 cortes a razón de 25-30 t/ha/año,se ha seguido la evolución durante 11 años, midiéndose un incremento del 60% en la materia orgánica de la capa superficial del suelo (es decir un incremento de 13,5 t/ha de carbono, equivalente a capturar casi 50 t/hade CO2). Esto, unido a la fijación del suelo por las raíces, a la fijación de nitrógeno atmosférico por la leguminosa que elimina la necesidad de fertilizar y a la capacidad de rebrote de las cepas (que evitan la necesidad de usar maquinaria pesada anualmente), demuestran que es posible una gestión sostenible, controlando la erosión, a la vez que se recupera un terreno degradado, se obtiene un aprovechamiento de él y se sustituye en parte el uso de combustibles fósiles.  Ahora bien, aún queda mucho camino por andar, por ejemplo esta misma Leucaena no se adapta bien a terrenos con sequía estival marcada o a la acidez de la mayoría de suelos onubenses.

Manuel Fernández Martínez

Profesor Titular Dpto. Ciencias Agroforestales de la UHU

Envía tu noticia a: participa@andaluciainformacion.es

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN