La juez del Juzgado de Violencia de Género de Jerez decretó ayer el ingreso en prisión preventiva de Germán J. G, el joven de 26 años acusado de asestar presuntamente múltiples puñaladas a su ex pareja Miriam Tamayo, de 21 años, hasta causarle la muerte en plena calle el pasado miércoles y con la que tenía un bebé en común de apenas un año. Según confirmaron fuentes del caso a este periódico, nada más notificarse la resolución judicial a las partes, un furgón de la Guardia Civil daba traslado al presunto autor material del trágico suceso a las cinco de la tarde al centro penitenciario de Puerto II.
Horas antes, después pasar la noche en los calabozos de la Comisaría Nacional de Policía, donde el ex novio de la joven reconoció haberla acuchillado, decenas de vecinos de la víctima lo recibían al grito de “asesino” e “hijo de puta” a su entrada a los garajes del juzgado. Estaban doblemente indignados, ya que a su dolor por lo ocurrido, se sumaba el no poder verle el rostro y recriminarle lo que había hecho a la cara. En su defecto, tuvieron que conformarse con ver la entrada del furgón de la Policía Nacional que lo conducía al interior de las dependencias judiciales de Tomás García Figueras, donde se desplegó un fuerte cordón policial para evitar incidentes.
“Encima lo traen protegido, qué vergüenza”, gritaban los vecinos de San Benito que habían tenido la oportunidad de tratar y conocer a Miriam y que hablaban de las supuestas adicciones de su ex novio a las drogas. “Era un bajuno, y todo el mundo lo sabía”, señalaban. Después de que ayer se le practicara la autopsia en el Instituto Anatómico Forense de Cádiz, los restos de la joven eran trasladados al Tanatorio de Jerez, donde se vivieron momentos de dolor y de tensión entre sus familiares y sus seres queridos. El funeral se celebrará hoy a las 9.00 horas en la iglesia de Cristo Resucitado del Tanatorio, tras el que se procederá a dar sepultura a la joven en el cementerio de Nuestra Señora de la Merced para su eterno descanso.
El acusado ya estuvo tres años en la cárcel
Según ha podido saber este periódico por fuentes policiales, Germán J. G. ya sabe lo que es estar en la cárcel. Pese a que en la Comisaría y en el Ayuntamiento descartaron ayer que existiera denuncia alguna por violencia de género de la víctima hacia su ex pareja, sí ha trascendido que el presunto autor material de la muerte de la joven estuvo en prisión de 2007 a 2011 por delitos de robo con violencia, amenaza y detención ilegal. Un vecino suyo aseguró ayer que aunque este sujeto era “conflictivo” en el colegio, también era “muy noble” y aunque sabía de sus “problemas” con su ex pareja, “nadie se esperaba esto”.
“Ella lo había dejado, pero él estaba enganchado a ella”
Ojo y por ojo y diente por diente. Esta fue la reivindicación de algunos vecinos que conocieron a Miriam ayer a las puertas de los juzgados, movidos por la desolación y la indignación del dramático final que ha tenido esta chica. Las más duras fueron las madres, que no podían dejar de ponerse en el lugar de la progenitora de la joven. “Esto no se hace. A mí me lo hacen a una hija mía y yo lo mato. A ese asesino hay que cogerlo, matarlo y cortarlo a pedacitos”, comentaba a gritos y llorando otra mujer. Otras personas del círculo de amigos de Miriam no podían reprimir las lágrimas. “Discutían, pero nadie se esperaba esto”, comentaba María Jesús, que no veía otra explicación al suceso que la venganza de su ex pareja. “Ella lo había dejado, pero estaba enganchado a ella”, dijo.
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