La Gatera

Y menos que mañana

Les advierto que hoy escribo con el uniforme de malaje...

Les advierto que hoy escribo con el uniforme de malaje. No es servidora muy amiga de los días conmemorativos que como única utilidad visible muestran un catálogo de innecesarios regalos, y una hemorragia de chorradas en las redes sociales. Me parece realmente cínico conmemorar el día de algo, restándole importancia a los otros trescientos sesenta y cinco. Como muestra el botón que ayer abrochaba y desabrochaba cada rincón de este país proclamándose el hijo feliz de una amantísima madre. ¡¡Felicidades mamá!!, leía una y otra vez sin el pudor que el sentido del ridículo marca en la frontera del sentido común. Y no crean que mi animadversión viene porque una no quiera a su madre, que la quiere, ¡vamos que si la quiere! La quiere, la consiente y la mima todo lo que este corazón maduro puede. Este mosqueo que usted nota viene porque me parece que no es el mejor momento para que saquemos pecho y nos descolguemos por la cornisa de la vanagloria. Son tiempos duros para las madres y tiempos muy duros para las que sueñan con serlo. Si antes era difícil compaginar la maternidad con el trabajo, imagínense ahora con la lacra de más de seis millones de parados. Ya no hay trabajo con el que compaginar absolutamente nada. Y si no hay dinero, difícilmente hay posibilidades de una guardería. Y si no hay guardería, tus posibilidades de encontrar trabajo se reducen considerablemente. Una pescadilla que se muerde la cola del paro.

Leía en Twitter como respuesta a esa oleada de felicitaciones maternales, las quejas de mujeres que, como yo, no encontraban mucho que felicitar. Mujeres que hablaban de despidos por embarazos y de falta de oportunidades. Queda mucho por recorrer, demasiado camino para felicitarnos. Yo, propondría más que una felicitación, un reconocimiento. Y que ese reconocimiento no fuera acompañado de un regalo, sino de una concienciación de lo mucho que nos queda por hacer. Yo no espero que seamos como Suecia, en la cual cada niño de 1 a 6 años (antes no está permitida la escolarización) tiene garantizada una plaza en una guardería pública y que dedica al cuidado de los niños 8,9 mil millones de coronas al año más que su presupuesto de defensa. Ojalá… Pero si creen querernos más que ayer y menos que mañana, ayúdennos a ser madres, no sólo lo festejen.

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