Dos hechos se quedan en mi retina, separados por un breve intervalo de tiempo. Ocurren en el mismo lugar. De un lado la saeta de Manuel Cuevas a la Macarena en la Campana. Hacía años que no escuchaba una como ésta, como tampoco se escuchaban unos olés tan unánimes, ni mucho menos que el saetero no pudiera acabar, porque la enorme ovación del público no soportó más la emoción del momento. De otro, la llegada de la Esperanza de Triana al palquillo. Tras la reglamentaria parada, suena Macarena, de Abel Moreno. Sin palabras. Guarden ambos datos, harán historia. Con el tiempo dirán de nosotros que estábamos necesitados de Esperanza.
Seguro.
Todo lo que va a leer aquí son opiniones personales, de lo poco visto y vivido en estos días. Por tanto, queda usted autorizado a estar de acuerdo o radicalmente en contra. Ya sabe, el libro de los gustos sigue estando en blanco.
Lamentablemente, la lluvia.
No se arregla el déficit de cofradías que llevamos arrastrado. Lunes, Jueves y Sábado fueron días completos. Martes y Viernes en absoluto vacío. Domingo y Miércoles, mutilados. Y la Madrugada, estropeada en su tramo final.
Las predicciones, salvo el Domingo de Ramos, han fallado poco. Se tiende a prestarle más atención a la tecnología que al propio sentido común, apareciendo en determinados casos el miedo a una simple mojá que poco o nada afecta a una cofradía, como ha sucedido siempre. Ejemplos hemos tenido, en las hermandades del Domingo y Miércoles que se quedaron dentro. Doctores tiene la Iglesia.
Estética en el arreglo.
Detalles auténticamente sublimes, como la Virgen de las Tristezas, la de las Angustias o la Soledad de San Lorenzo. Sus tocados han sido espectaculares, curiosamente dos de ellos salidos de las manos de Antonio Bejarano. Muy elegantes la del Dulce Nombre, las Mercedes del Tiro de Línea y las Aguas del Museo. Excelente el manto de tisú de la Macarena, aunque imagino que ha causado más de un dolor de cabeza a los priostes: sus bordados debían estar demasiado recios como para manejarlos con la soltura habitual. Se notaba en algunos de sus pliegues.
La imagen de Pasión con la túnica bordada es algo que no debe perderse. ¿De verdad que las túnicas lisas son más elegantes? Tomen nota en San Lorenzo.
Flores.
Sigo pensando que las flores blancas y fundamentalmente los claveles son las más elegantes para los palios. El blanco se ha visto mucho. También las rosas. Bellos los gladiolos de Guadalupe, muy trianeramente dispuestos. De blanco la Esperanza de Triana ha ganado más que con la mezcla de colores. Hermosísimas las rosas del Carmen Doloroso y fuera de lugar las moradas del Rocío: entristecían un palio alegre.
En los pasocristos, destaco al Cristo de la Fundación: para innovar hay que hacerlo así, con buen gusto. El clavel Sangre come afortunadamente mucho terreno: resulta muy elegante, caso del monte del Cristo de Burgos. Los lirios en su sitio, caso de Santa Marta. Y esos frisos y suelos llenos de un batiburrillo de floresextrañas son muy peligrosos: o quedan muy bien o son una mamarrachada. Cuidado.
Música.
Se siguen escuchando estridencias en las agrupaciones musicales, al campo habría que ponerle puertas. En cornetas y tambores, la inclusión de instrumentos para las segundas y terceras voces se escucha a veces más que la melodía principal, distorsionando la memoria. Esto contrasta con el sonido limpio de la Centuria. Cigarreras, Sol y Esencia suenan mejor que bien. Lo negativo es el número de sus componentes que las hace interminables.
En la música de palio se nota cómo se cuidan cada vez más los repertorios. Magistral el estreno de la música tras la Virgen de la Merced, llegando a Campana con Mater Mea y entrando en su iglesia con Margot. Un deleite para los oídos. Como lo es la marcha Hosanna in excelsis de Cigarreras: una composición que pasaría por ser de siglos y que no tiene más que unos pocos años. Atentos porque ha nacido una gran marcha.
El andar.
Los misterios y pasocristos van siempre de frente. Los palios, sin dormirse, sobre los pies. Parece que estos conceptos van calando poco a poco. Observen el andar del Sentencia en la Resolana a la ida, un tratado de cómo hacerlo: metro andado es metro ganado. Se sabe si se anda bien lamentablente cuando llueve. Ahí se han visto este año las cuadrillas.
Nazarenos.
Algunas hermandades deberían cuidar más la estética de sus nazarenos. Se ven túnicas excesivamente desgastadas que deslucen el cortejo.
Medios de comunicación.
El Llamador sigue siendo lo más oído. Imposible hacerles sombra, pero tampoco les confundamos con ser los poseedores de la verdad absoluta. El esfuerzo de TeleSevilla ha sido fabuloso y sobresaliente.
Lo que nunca debió pasar.
No se lo cuento porque ustedes ya lo saben, pero la actitud de la Hermandad del Prendimiento dejó mucho que desear. Se impone un golpe de autoridad del Consejo en todo esto, si es que puede demostrar que la tiene, algo que pongo en duda. El presidente es un avión que ha entrado en barrena. La delegación en los consejeros no puede servir de escudo protector: desde el palquillo podía verlo todo. ¿No quiso y esquivó el bulto? Nunca lo sabremos, pero sus declaraciones en la televisión son, cuanto menos, bochornosas.
Y la Autoridad Eclesiástica, en este caso,es tan culpable como la propia Hermandad. No se puede presidir un paso, ver lo que está pasando y no actuar de inmediato. El delegado diocesano de Hermandades y Cofradías sale herido de muerte en este conflicto.
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