El próximo domingo se cumplirá una vuelta desde que el Xerez ganó su último partido. Fue en el Rico Pérez y se venció al Hércules por un claro 1-5. Curiosamente fue el principio del fin. Se desató la euforia e, incluso, se comenzó a especular con la posibilidad de que el equipo mirase hacia la parte alta de la tabla clasificatoria. Mentira. Desde entonces, desde la primera semana de noviembre el equipo ha jugado veinte partidos, ha disputado sesenta puntos y únicamente ha sumado seis. En aquella doce del campeonato, el Xerez estaba con 17 puntos en una cómoda posición y ahora, casi cinco meses después, se encuentra hundido de forma irremisible en la tabla clasificatoria con 23 puntos tan solo.
El equipo está condenado al descenso y solo aguarda el momento de que termine esta agonía que parece no tener fin. El descenso de espectadores en Chapín ha sido tan tremendo que en el último partido no se llegó ni a los dos mil seiscientos, una entrada que ni siquiera se daba cuando el equipo, en el siglo pasado, se encontraba en Segunda División B.
En treinta y dos partidos el equipo únicamente ha sido capaz de marcar en veinticinco ocasiones y sin gol es materialmente imposible ganar un partido. De sus goleadores, además, Tato ya no se encuentra. Marcó tres goles, al igual que Maldonado, Porcar o Alvaro Rey. Es decir que el máximo goleador del equipo tiene tres goles en su haber. Eso demuestra claramente la incapacidad de una plantilla que ya toca fondo. Incluso el propio Carlos Ríos es incapaz de frenar esta sangría. Sus números son aterradores. De seis partidos en el banquillo no ha sido capaz de ganar uno solo. De dieciocho puntos dirimidos únicamente ha sumado uno. Llegó con revulsivo pero el revulsivo se ha quedado también en nada. Cogió al equipo con 22 puntos y ahora está con 23. Lo cogió con aire y ya está asfixiado. ¿Su culpa? ¿Culpa de los jugadores?.
En la sala de prensa del Ángel Carro lucense decía que “cuando llega el partido los jugadores no pueden y cuando ocurre algo adverso bajan los brazos, les afecta mucho y hay que ser fuerte, salir adelante, pero no dan muestra de hacerlo”, añadiendo que “me cuesta mucho hablar y decir lo que pienso, voy a ser comedido y políticamente correcto”.
Apostillaba el sanluqueño que “cualquier situación negativa nos afecta demasiado, pero hay que saber reponerse y el equipo no muestra capacidad de poder reaccionar en determinados momentos”.
En relación a la difícil situación extradeportiva que vive el club, Ríos no se mordió la lengua: “La situación es difícil pero más difícil es estar en la cola del paro u otras cosas que desgraciadamente viven otras personas. Ser futbolista no está tan mal y estos jugadores, como profesionales que son, deben aprender a levantarse”.
Matizaba incluso que “todo profesional quiere cobrar y tiene derecho a hacerlo pero cuando uno se pone una camiseta se tiene que olvidar de todo eso. El ganar un partido está muy por encima de cualquier tema económico. Sea lo que sea a lo que estés jugando”, agregó.
Carlos Ríos concluyó su comparecencia deshaciéndose en elogios hacia su rival en la tarde de hoy: “El partido de del Lugo ha sido de sobresaliente, como toda la temporada. Tiene un gran mérito este equipo que además es capaz de hacer un futbol vistoso”.
Todo lo contrario de un Xerez que ni defiende, ni ataca, ni sabe a lo que ha jugado esta temporada.
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