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El Espanyol supera al Levante y se sitúa a cinco puntos del descenso

Los de Juan Ignacio Jiménez cedieron demasiado el balón a los de Javier Aguirre, en clara línea ascendente

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El Espanyol logró su cuarta victoria seguida en casa, ante el Levante, con dos goles en los minutos 68 y 69, de Stuani y Sergio García, que rompieron un empate fruto, primero, de un tanto en propia puerta de Iborra y de un error defensivo de Colotto en la primera parte.

Pero no fue una victoria tranquila. Además del 3-2 de Martins en el 86, un remate de Míchel creó más que tensión en el área de Casilla. Colotto, bien colocado, subsanó su fallo en el 1-1 y salvó los tres puntos para el Espanyol. El portero atrapó el rechace y calmó los nervios. Ya no había tiempo para más.

Los de Juan Ignacio Jiménez cedieron demasiado el balón a los de Javier Aguirre, en clara línea ascendente. Los blanquiazules vieron recompensada su insistencia en uno de sus mejores partidos, sobre todo en ataque. El Levante, por su parte, tuvo problemas para conectar con sus delanteros durante casi todo el encuentro.

El choque arrancó con un ritmo elevado. En el minuto 8, Héctor Moreno salvó un gol cantado de Martins, que ya se había despegado del portero Casilla con una velocísima carrera tras un pase de Barkero. El mexicano se estiró y frenó el 0-1 justo en la misma línea de fondo cuando el nigeriano ya celebraba el tanto.

Los dos equipos apostaban por un fútbol directo en Cornellá-El Prat, sin complicaciones en las transiciones ni en la medular. Martins era la amenaza 'granota' y Sergio García, la blanquiazul. El delantero local, en el minuto 11, pidió mano de Héctor Rodas en el área de Munúa, pero el árbitro no señaló penalti.

La intensidad inicial se enfrió a partir del cuarto de hora y las ocasiones de ambos equipos disminuyeron sensiblemente. Al Espanyol, sin embargo, no le interesó este ritmo y pronto subió revoluciones arriba. El juego de bandas y las combinaciones de Verdú consiguieron poner en aprietos en más de una ocasión al meta del Levante.

La insistencia local casi tuvo premio. Una jugada entre Capdevila y Longo, en el 31, pudo acabar en gol, pero el ariete italiano, que controló con comodidad ante la presión de los centrales, falló un disparo a puerta vacía. El Levante, por su parte, se limitaba a esperar. No había noticias visitantes arriba.

Y justo cuando el bloque 'granota' ya firmaba el empate antes del descanso, el Espanyol sumó el 1-0. Tras un córner desde la derecha, Navarro rechazó el balón con un cabezazo, rebotó en la espalda de Iborra y acabó en la red de Munúa. El Levante dispuso de réplica, pero Kiko Casilla salió con contundencia y seguridad por alto.

Los locales iban camino de su cuarta victoria seguida en casa, pero el fútbol no creyó justo que lo hiciera con un gol en propia meta. Del regalo de Iborra se pasó al de Colotto. El central despejó hacia atrás sin notar que Rubén García estaba cerca. El canterano superó con la cabeza la salida de Casilla y firmó el empate en el marcador.

Ningún equipo se conformaba con un punto pero el Espanyol se mostraba mucho más incisivo. Martins, en el bando contrario, apenas recibía balones. El trabajo de los de Aguirre obtuvo su recompensa a partir del minuto 68, con dos acciones que cambiaron el signo del partido y sentenciaron los tres puntos.

La primera, una jugada personal de Sergio García que, tras sortear a varios contrarios, se escoró a la derecha para centrar un balón a Stuani. El ítalo-uruguayo remató a placer con la cabeza (2-1). Pero justo en la jugada siguiente, con el Levante aún conmocionado, llegó el 3-1 a Cornellá-El Prat.

Esta vez fue Stuani el que asistió al delantero catalán tras varios regates en la frontal. El punta cruzó el balón, sentenció el choque y se fue a la banda para mostrar una camiseta en honor a su suegro, recientemente fallecido. Juan Ignacio Martínez, técnico 'granota' gastó todos sus cambios buscando soluciones.

Refrescó el ataque y la medular, intentando frenar a un Espanyol con la moral por las nubes. Con todo arriba, Martins logró meter miedo al equipo local en el 86, ganando la posición a los centrales (3-2) e incluso la épica visitante pudo ir a más si Colotto no llega a estar en la línea de fondo tras un remate de cabeza de Míchel.

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