Patio de monipodio

Doble juego

El de los políticos, doble, triple, cuádruple y lo que haga falta. Vg.: Zoido, el que iba a salvar Sevilla y al año todo está igual que antes (peor ya tendría mérito), obsequió al respetable con una encendida-incendiaria exhortación a la Junta de Andalucía, que bien podría haber dirigido a sus jefes

El de los políticos, doble, triple, cuádruple y lo que haga falta. Vg.: Zoido, el que iba a salvar Sevilla y al año todo está igual que antes (peor ya tendría mérito), obsequió al respetable con una encendida-incendiaria exhortación a la Junta de Andalucía, que bien podría haber dirigido a sus jefes, siquiera en voz baja (mismo). Por su voz el PP, pletórico por el “descubrimiento”, advierte que los presupuestos aprobados no van a crear empleo. Deben intentar esconder el fiasco de su propio gobierno propiciado en sumisa obediencia a sus superiores, con su política de austeridad para el prójimo. Austeridad que no se aplica a sí mismo no es austeridad: es ampliación de privilegios autoconcedidos, amparados en los votos obtenidos por culpa de la desinformación acumulada, estudiadamente fabricada y fomentada conjuntamente con sus vicevérsicos e irreales enemigos, seguros ambos de que sólo unidos losdel triunfo a los bancos de enfrente, pueden mantener este simulacro de democracia que es el imperfecto gobierno del perfecto bi-partidismo.

Causa sonrojo, ahora como antes, la capacidad camaleónica de esta casta política que nos ha tocado sufrir, para criticar desde la oposición lo que hacen desde el gobierno. Lo mismo, o peor. Zoido acusa a la Junta de incapacidad para crear empleo. Debe recordar la de su partido, pues las medidas del Gobierno lo están destruyendo a marchas forzadas. Chaves reclamaba al Gobierno de Aznar lo que silenciaba al de Felipe y Zapatero. Con Rajoy en La Moncloa, la Junta prueba a ocupar su sitio con escaso éxito, por la situación, por la forma en que la han dejado sus antecesores, sin necesidad de cambiar de partido, y por su propia ineptitud innata. El Banco de Unicaja es el premio a Mandatela.

Para los demás, el premio es la continuidad, difícil y problemática por culpa de una situación económica, seguramente no provocada directamente por ellos pero en la que sus partidos sí tienen mucho que callar. En realidad, todo. El partido gobernante, el que rebaja el poder adquisitivo de todos excepto el de los que más tienen, incluidos ellos mismos, dice a la Junta qué debe hacer, justo lo que ellos no hacen. El mandamás andaluz no puede enfrentarse a sus jefes pues correría peligro su puesto, pero el ridículo no entiende de disimulos.

Este juego de la imperfecta democracia -si se pudiera llamar a esto democracia-, en el que nuestros próceres hacen oposiciones para superar a todos, Turquía y México incluidos, está llevar al mayor abandono posible del concepto; al desinterés mayoritario que tanto les interesa. Cuanto menos intervenga el pueblo en política, manos más libres. Cuanta más indiferencia generalizada, más libertad para constreñir la libertad y engordar las cuentas de los gordos, aunque cueste hambre y suicidios. Mientras no los haya en las sedes centrales de los bancos, no hay problema. En cambio, un pueblo informado es exigente; y las exigencias de derechos, entre ellos el de vivir dignamente, son muy molestas para los acaparadores, a quienes el Gobierno se siente obligado a proteger. Por eso sereclama a los otros: para disimular. Porque “los otros” también son ellos mismos.

Envía tu noticia a: participa@andaluciainformacion.es

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN