El 5-1 en el derbi del pasado domingo que el Sevilla le endosó al Betis ha dejado graves secuelas en el beticismo. El nerviosismo llegó a tal punto, que el club verdiblanco no tuvo más remedio que avisar a las fuerzas de la seguridad policial para poder controlar el estado de tensión que se vivió en el día de ayer entre parte de la afición congregada en la Ciudad Deportiva Luis del Sol y algunos jugadores del primer equipo.
La peor parte de las iras concentradas hacia la plantilla en forma de pitos e insultos, han ido dirigidas fundamentalmente para Nelson, Pereira (que incluso llegó a recriminar a los presentes) e incluso Beñat. Tanto es así, que el propio Mel tuvo que alejar la sesión de trabajo del campo más cercano a la grada donde suelen ejercitarse habitualmente. A gritos de: “Nelson, chivato, vete a Pamplona... 15.000 personas en el entrenamiento y riéndose de la afición, o... No merecéis más de uno llevar ese escudo en el pecho...” la afición bética no dejó de mostrar su disconformida ante lo que consideran, una humillación histórica.
Ni siquiera el presidente, Miguel Guillén y el director deportivo, Vlada Stosic, que estuvieron presentes en el entreno, se liberaron de las críticas. Curiosamente, el propio entrenador, Rubén Castro y Adrián sí fueron aplaudidos por los asistentes. Y es que la ‘manita’ aún no se olvida.
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