El Asefa Estudiantes sorprendió hoy a Unicaja y logró un importante triunfo (74-85) que corta la racha de dos derrotas consecutivas, y vuelve a vencer en su pabellón "talismán", el José María Martín Carpena, de Málaga, como ocurrió las dos pasadas temporadas.
Al conjunto local se le notó falto de frescura y con un juego poco coordinado. Quizás el cansancio acumulado por el viaje a Tel Aviv le pasara factura en los dos primeros cuartos, ante un Asefa Estudiantes con buenos jugadores, y que el retorno del pívot Germán Gabriel, con doce puntos en veinte minutos, se lo puso complicado.
Gabriel fue un martillo ante el aro del Unicaja. Tres triples, buena defensa y excelentes rotaciones, donde todos los jugadores rendían a un gran nivel dejaron el marcador en el minuto diez en 18-28.
El equipo malagueño tenía problemas en ambas zonas y su sistema defensivo sufría para frenar a Gabriel y a los aleros altos como Daniel Clark y Tariq Kirksay.
Un minuto duró la máxima ventaja visitante 20-30, en el minuto 11, porque a partir de ese momento el Unicaja imprimió más velocidad, estuvo más preciso en los pases y seleccionó el tiro: 38-42, minuto 20. Una diferencia que invitaba a soñar a los andaluces para una segunda parte eléctrica y vibrante.
Otra vez tuvo que ser el base estadounidense Marcus Williams, el que desatascara a Unicaja. Dos triples consecutivos y un parcial de 6-0 desencadenaron una reducida ventaja para los locales: 57-55, minuto 27.
El Asefa Estudiantes, siempre por encima en el marcador, no se esperaba la irrupción del base en el juego y había dejado escapar una diferencia clara para afrontar el último y definitivo periodo, 62-60, minuto 30.
Pero el conjunto estudiantil, más entero físicamente y con más recursos, se impuso en el cuarto periodo a Unicaja al que dejó anotar tan sólo doce puntos por veinticinco, lo que demuestra la endeblez defensiva cajista y el "atasco" en ataque por una defensa zonal impuesta por el técnico Txus Vidorreta.
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