El cortijo de El Marrufo, ubicado en el valle de Sauceda, albergó, según los historiadores, un campo de concentración, ejecución y tortura franquista, un horror que ahora, cuando se han localizado los primeros cuerpos enterrados en sus fosas, comienza a revelarse.
Hace apenas unos días que los trabajos arqueológicos en esta fosa común, en la que podrían estar los cuerpos de entre 300 y 600 víctimas de la represión franquista, comenzaron y ya han sido hallados los primeros nueve cuerpos, algunos de ellos con evidencias de tiros de gracia en sus cráneos.
El equipo de arqueólogos y antropólogos inicia ahora el proceso de identificación de los cuerpos localizados, mediante el envío de muestras de saliva de familiares a los laboratorios.
El representante de la Asociación de Familiares de Represaliados por el Franquismo de La Sauceda y El Marrufo, Andrés Rebolledo, explicó en el campamento instalado en el cortijo para la exhumación de los cadáveres que los trabajos continuarán porque “queremos sacar del olvido” a estas víctimas.
El equipo que investiga el terreno tenía previsto mantener ayer un encuentro con personas que creen que alguno de sus familiares pudieran estar en esta fosa. En este encuentro les explicarán cuáles son los trabajos que se están realizando.
Asimismo, iban a presentar el proyecto para la rehabilitación del cementerio de La Sauceda, al objeto de poder trasladar allí los cuerpos, así como la creación de un lugar de la memoria.
Para la semana que viene, esperan la visita de políticos, entre ellos la del vicepresidente de la Junta de Andalucía, Diego Valderas.
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