Este artículo se hace desde el corazón, uno no puede olvidar a quien le ha hecho feliz, a quien le ha removido en la tribuna estremeciéndolo por un lanzamiento de falta, un corner, un gesto de garra, un brazalete de capitán lucido con orgullo. Hoy escribo sobre Manuel Prado Romo, un nombre y un apellido de El Puerto.
Las noticias que corren sobre el medio centro son que abandonará el Racing al no contar el nuevo mister con sus servicios, y yo no puedo criticar su decisión, seguro que motivos deportivos tendrá, me podrán decir que desea poseer la pelota más tiempo y Lolo no la retiene, parece inadvertido en la creación del juego, y lo respeto.
Pero también nadie podrá rebatirme los puntos que este capitán nuestro ha dado desde faltas, penales, córners, su buen hacer como gestor de un vestuario que aunque sea de Tercera División, soporta durante la temporada problemas que el socio de a pie afortunadamente desconoce.
A esta hora parece que Lolo se va, la afición lo ve todavía válido, lo aprecia, es uno de los suyos, ha compartido su sufrimiento personal, ha jugado con el corazón desgarrado y yo sé que nuestro presidente no lo querrá dejar ir.
Si finalmente lo hace no se podrá marchar por la puerta de atrás, como el torero en la mala tarde, como el novio a la fuga, será responsabilidad de todos cuidar su nombre porque será cuidar nuestro escudo, nuestra identidad, y tendrá que decir hasta luego arropado por su gente, por la puerta grande.
Parece que se nos va Lolo Prado, pero antes lo hizo su padre y quizá pronto un nuevo Prado siembre de alegría la nostalgia de este momento... yo mientras tanto, escribo para que se quede, porque no vendrá un futbolista tocándole mejor, siendo mas efectivo y más de todos los socios.
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