La Fiscalía pide para el acusado cuatro años de prisión y privación del derecho a conducir vehículos a motor durante seis años y lo acusa por un delito de conducción bajo los efectos de bebidas alcohólicas y otro de conducción temeraria; de nueve delitos de homicidio por imprudencia grave y 26 de lesiones por imprudencia grave. El siniestro ocurrió el día 19 de abril de 2008.
Según el escrito inicial de la acusación pública, el joven dio positivo en las pruebas de alcoholemia y circulaba, a la altura del kilómetro 224,5 por el carril izquierdo (de los tres que existen), a una velocidad "inadecuada", no menor a 152 kilómetros por hora en una zona en la que el máximo es de 120. Además, la vía estaba mojada por la lluvia y el acusado supuestamente "perdió el control del vehículo".
Así, según se indica en las conclusiones provisionales del fiscal, el coche chocó con las vallas de protección metálicas y salió rebotado hacia el otro lado, colisionando con el frontal de su vehículo contra la parte lateral del autobús, ocupado por 50 personas, que a causa del impacto, derrapó y volcó, chocando con la defensa de separación que se introdujo por el techo del autobús.
El siniestro provocó la muerte de nueve personas y otras 26 resultaron lesionadas, entre ellas el conductor del autobús y el acompañante del acusado. Toda la responsabilidad civil derivada del siniestro ha sido ya pagada por la aseguradora.
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