"No queremos que nos lo den -el dinero- sino que nos lo presten como a todo el mundo", explicó el presidente de ASAJA en Sevilla y Andalucía, Ricardo Serra, quien alertó de una "situación de colapso" por la caída de las ventas de productos agrarios como consecuencia de la bajada del consumo.
No descartó la convocatoria de movilizaciones en el ámbito nacional porque "el patio está caliente y la gente está muy asfixiada", pero será la directiva nacional de ASAJA la que aborde este asunto en una reunión a finales de enero, según Serra.
En la rueda de prensa de presentación del balance agrario del año 2008, el presidente de ASAJA en Sevilla y en Andalucía reclamó que el dinero de los fondos que el gobierno y la Junta van a destinar a los ayuntamientos para impulsar la actividad y el empleo se gaste en mejorar las infraestructuras agrarias y en labores forestales.
Sostuvo que ese dinero público no debe destinarse al arreglo "por cuarta o quinta vez de la plaza del pueblo" sino que a una inversión productiva y que cree empleo, y en este sentido planteó el arreglo de caminos rurales y labores forestales.
A este respecto recordó el plan de creación de empleo en el medio rural, presentado por ASAJA en septiembre, para luchar contra la crisis desde el medio rural y cuya ejecución supondría la creación de más de 210.000 empleos directos.
Indicó que el campo "no debería ser el refugio de los parados" porque no será posible por la movilidad geográfica que implica y porque probablemente muchos no querrán trabajar en el campo, alegó.
Asimismo, demandó a la Junta que incluya en sus planes formativos labores relacionadas con la agricultura ya que el campo necesita mano de obra especializada.
El balance agrario de 2008 es "pésimo" debido al incremento de los factores de producción (gasóleo, fertilizantes y fitosanitarios, entre otros) y al hundimiento de los precios de los productos agrarios, según el presidente provincial de la patronal agraria.
En el ámbito regional ASAJA será muy exigente en 2009 con los compromisos adquiridos por la administración autonómica, como la Ley de la Dehesa para poner en valor los usos de este ecosistema, otra del Olivar para dar viabilidad a los olivos tradicionales y un plan estratégico del arroz para modernizar su sistema de riego.
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