El nuevo régimen pretende mejorar la trazabilidad del ganado, es decir, el seguimiento individual de cada animal durante toda su vida, y reducir la burocracia al simplificar los actuales procedimientos, indicó el Ejecutivo comunitario.
La identificación electrónica reforzará la protección al consumidor, mejorará la prevención de enfermedades y el control y la gestión de las crisis alimentarias.
La propuesta de Bruselas establece el marco legal para regular ese sistema, utilizado ya a título privado en las explotaciones de algunos países.
El objetivo de asegurar el seguimiento individual mediante microchips que pueden insertarse en el cuerpo de los animales o ser inyectados, y que permiten leer, en poco tiempo, códigos individuales de grandes rebaños.
Aunque la CE deja a los estados miembros libertad para sumarse o no al mismo, la propuesta permite a los países que decidan utilizarlo introducir un régimen obligatorio a nivel nacional.
El comisario europeo de Sanidad y Consumo, John Dalli, señaló que cuando se ponga en marcha el sistema facilitará el control de los movimientos de las reses, “lo que nos permitirá reaccionar rápido y evitar cualquier riesgo potencial futuro en la cadena alimentaria”.
La propuesta necesitará la aprobación del Consejo (países de la UE) y del Parlamento Europeo para su entrada en vigor.
En la actualidad todas las notificaciones relacionadas con el ganado bovino (nacimientos, muertes o desplazamientos) se registran de manera manual e introducen después en una base de datos nacional en formato electrónico, lo que implica una carga administrativa “excesiva” y es criticado por muchos ganaderos.
Bruselas ha previsto un esquema voluntario para la aplicación del nuevo sistema.
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