Unos cien trabajadores de la atarazana sevillana se concentraron ayer ante las puertas del Parlamento andaluz, donde se celebra un pleno, y llevaron hasta allí un barco de madera que tienen previsto quemar.
En declaraciones a los periodistas, el presidente del comité de empresa expresó su indignación por las declaraciones del consejero de Economía, Innovación y Ciencia, Antonio Ávila, recordando que el astillero lo gestiona una empresa privada.
Calificó estas manifestaciones de una “auténtica desvergüenza política” porque la Junta de Andalucía tiene “mucha culpa” en que el astillero sea privado y también “tienen responsabilidad en los gestores” que nombraron, censuró.
“Que no venga el consejero con mentiras y verdades a medias”, advirtió Joaquín Blanco, quien lo acusó de “cobardía política y de jugar con los trabajadores”.
A pesar de estos incumplimientos, el dirigente sindical confió en que haya una solución para el mantenimiento de la actividad y el empleo, advirtió que “no permanecerán quietos” y recrudecerán las movilizaciones.
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