En un intermedio de la reunión que mantiene desde el mediodía con representantes del sector hortofrutícola en el ámbito nacional, Pérez Rubalcaba ha asegurado que la "grave" situación sanitaria que sufre el país germano, con la que ha mostrado la "solidaridad" del Ejecutivo, no es un "problema de España" y ha destacado que, tras pedir con rotundidad a la UE que se levante la alerta y esta exigencia se haga efectiva, confía en que comiencen a "normalizarse los mercados".
"Hemos pasado unos días muy malos pero estamos al final del camino", ha augurado aunque, según ha matizado, para el Gobierno español resulta "evidente" que queda "mucho trabajo" para recuperar la imagen de la producción de frutas y verduras, y para que las exportaciones retornen a su ritmo habitual de campaña. Al hilo de esto, ha anunciado que van a pedir al Gobierno alemán que "ayude" en esta tarea y, sobre todo, que las autoridades del país teutón "lleguen hasta el final en su investigación". "Los primeros interesados en que se sepa donde está el foco de la enfermedad es España", ha subrayado.
El vicepresidente primero, quien ha comparecido acompañado del líder del Ejecutivo andaluz, José Antonio Griñán, ha reconocido un descenso en el consumo también nacional, si bien ha declinado precisar un porcentaje, y ha defendido el campo español como uno de los que se somete a "unos más estrcitos controles de calidad" a sus productos. "Los ciudadanos pueden estar seguros de que pueden comer asbolutamente lo que quieran", ha aseverado no sin antes explicar que este es el mensaje que, desde el Ministerio de Asuntos Exteriores, "nos estamos esforzando en transmitir" a la media docena de países de la UE y Rusia que han impuesto veto a las exportaciones hortofrutícolas españolas.
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