En el barrio de Los Remedios, uno de los más conocidos y tradicionales de Sevilla, se esconde una historia que ha puesto los pelos de punta a más de un vecino. Se trata de una casa antigua, situada en una esquina discreta, que ha sido escenario de múltiples fenómenos paranormales desde hace años, tanto que ha sido apodada por algunos como “La Casa de la Dama Blanca”. Aunque muchos han preferido olvidar lo que han vivido allí, varios vecinos y antiguos inquilinos han decidido compartir sus aterradoras experiencias.
La historia de La Casa de la Dama Blanca comienza cuando, tras años de abandono, una familia decidió mudarse. Todo parecía normal al principio, pero pronto las cosas cambiaron. Isabel Romero, madre de dos hijos, fue una de las primeras en notar que algo no iba bien. "Un día, mientras preparaba la cena, escuché pasos detrás de mí. Pensé que eran los niños, pero cuando me giré, no había nadie. Al principio lo ignoré, pero luego las cosas se volvieron más extrañas", relató. Isabel empezó a escuchar risas infantiles en la planta baja de la casa a medianoche, cuando sus hijos ya dormían. También notó que las puertas se abrían y cerraban solas, y las luces parpadeaban sin razón aparente.
Sin embargo, lo más inquietante ocurrió una tarde cuando su hija pequeña, Lucía, le dijo haber jugado con "una señora". Isabel, pensando que se refería a una vecina, no le dio mayor importancia hasta que Lucía describió con detalle a la mujer: “Mamá, la señora vestía de blanco, pero no tenía pies. Flotaba”. Este testimonio la dejó helada.
Al poco tiempo, otros miembros de la familia empezaron a tener sus propias experiencias. "Una noche, mientras dormía, sentí que alguien se sentaba en la cama a mi lado", comentó Antonio, el padre de familia. "Me levanté de golpe y encendí la luz, pero no había nadie". Los fenómenos se volvieron tan frecuentes que la familia decidió contactar con un grupo de investigadores paranormales.
Durante la investigación, los expertos llevaron equipos de grabación y detectores de actividad. Uno de los investigadores, Javier Aradillas, describió su experiencia: "Mientras explorábamos la casa, especialmente en el primer piso, sentimos un frío intenso, incluso en pleno verano. Instalamos cámaras y grabadoras, y, en varias ocasiones, sentimos ráfagas de aire frío atravesando las habitaciones. En una de las grabaciones, una voz apenas perceptible susurraba el nombre ‘María’. También escuchamos pasos en las escaleras cuando no había nadie cerca".
María del Pilar, quien vivió en la casa durante los años 90, compartió su historia: "Siempre sentí una presencia, sobre todo en las noches de invierno. Mi perro ladraba sin razón hacia las esquinas vacías, y las luces se apagaban solas. Un día, mientras limpiaba el salón, vi una figura al pie de las escaleras: era una mujer vestida con un camisón largo y blanco. Pensé que era mi imaginación, pero cuando parpadeé, desapareció. Nunca pude explicar lo que vi".
Otro vecino, Manuel Fernández, quien ayudaba con las reparaciones de la casa cuando estaba vacía, también tuvo un encuentro inquietante. "Recuerdo que estaba reparando una tubería en la cocina cuando sentí que alguien me observaba. Giré la cabeza y vi una sombra cruzando el pasillo. No había nadie más en la casa. Fue aterrador", confesó. "Me fui antes de terminar el trabajo y no volví nunca más".
Los registros históricos de la casa sugieren que fue construida a principios del siglo XX y perteneció a una familia que sufrió la muerte de uno de sus miembros en circunstancias trágicas. Algunas versiones indican que se quitó la vida, pero es algo que hemos podido confirmar, y desde entonces su espíritu parece morar por los pasillos de la casa, buscando paz o compañía.
Con el tiempo, los testimonios de fenómenos paranormales se multiplicaron. La última familia que habitó la casa decidió mudarse tras una serie de incidentes alarmantes. "Era imposible seguir viviendo allí", dijo Carmen, una de las últimas inquilinas. "Un día, mi esposo y yo escuchamos golpes en las paredes, y cuando revisamos, no había absolutamente nada que pudiera explicarlos. Lo peor fue cuando vimos las marcas de manos en los espejos de la casa. Era como si algo, o alguien, estuviera con nosotros constantemente".
Hoy en día, la casa permanece vacía y es un misterio de este tranquilo barrio sevillano, recordándonos que, quizás, hay cosas que no pueden ser explicadas del todo.
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