Un miércoles más, Chaves se sometió en la sesión de control al Gobierno del pleno del Congreso a las preguntas del PP sobre supuestas irregularidades relacionadas con el trabajo de dos de sus hijos mientras él era presidente de la Junta de Andalucía. Las preguntas fueron formuladas por los diputados del PP Ricardo Tarno y Rafael Merino, que querían saber si Chaves garantiza el respeto a la igualdad de los ciudadanos en su relación con las administraciones públicas y si ha respetado los principios de independencia e imparcialidad que le exige su cargo. En su respuesta a Merino, Chaves pregutó al PP si lo que pretende es que sus hijos se vayan de Andalucía y de España, y le advirtió de que volverá a fracasar la “campaña de difamación” contra él y su familia.
Una campaña “impropia de la democracia”, que provoca “náusea y vergüenza ajena”, señaló. El vicepresidente tercero dejó claro que la igualdad la garantizan las leyes y ha asegurado que como presidente de la Junta antes y como ministro ahora, trabaja “para cumplirlas y hacerlas cumplir”.
“Y si considera no es así –apostilló dirigiéndose a Tarno– debe demostrarlo; y si no lo hace estará mintiendo a sabiendas”. Durante un debate muy áspero, que requirió de numerosos llamamientos al orden por parte del presidente del Congreso, José Bono, Tarno negó que para Chaves todos los españoles sean iguales en su trato con las administraciones públicas, porque si se es un socialista andaluz –consideró–, “uno puede prejubilarse” o puede tener las puertas de la Junta “abiertas de par en par”.
“Para el resto los españoles, la norma; para los suyos, la manga ancha”, denunció Tarno, quien insistió en preguntar si son ciertos los documentos que vinculan a su hijo con el pago de supuestas comisiones por parte de empresas que trataban con la Junta.
A juicio de Tarno, si se demuestra que el hijo de Chaves cobró por intermediaciones ante la administración andaluza el vicepresidente “no puede seguir ni un segundo más” en su cargo y debe dimitir. “Sea valiente, por Andalucía, por España, váyase”, le espetó. Manuel Chaves se defendió aduciendo que el PP siempre saca una campaña contra él cuando están cerca unas elecciones, y esgrimió que en los comicios europeos lo intentaron con su hija y el caso Matsa. En este contexto, lamentó que no sirva de nada que los empresarios aludidos digan que nada tienen que ver con él o que el propio Tribunal Supremo archivara la querella por Matsa. “Lo que quieren –se quejó– es situar a mis hijos en el centro del debate político; y mis hijos no son políticos, son profesionales”.
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