La Guardia Civil ha puesto a disposición judicial a dos individuos de 26 y 28 años como presuntos autores de un delito de estafa, y a uno de ellos además se le investiga también como presunto autor de un delito de simulación de delito.
Según informa el instituto armado en una nota, el primer investigado se dirigió a un establecimiento de un "conocido" centro comercial de Granada y adquirió un teléfono móvil de alta gama. Pasadas unas horas, regresó al establecimiento con la caja y la intención de devolver el terminal adquirido, manifestando que había cambiado de opinión.
El encargado del establecimiento, a pesar de que la caja aún tenía el precinto, notó que había algo sospechoso, y como ya habían sufrido estafas similares decidió desprecintar delante del cliente la caja para comprobar que el teléfono estaba en el interior. No fue así, en su lugar se encontró un bloque de arcilla.
Inmediatamente se dio aviso a la Guardia Civil que se trasladó al lugar para aclarar lo sucedido. El encargado del establecimiento presentó denuncia contra el cliente por estafa y el cliente decidió hacer lo mismo contra el establecimiento.
Los agentes área de investigación de la Guardia Civil de Armilla iniciaron una investigación a fin de esclarecer lo sucedido. Descubrieron que días antes, el presunto autor había realizado la misma operación en otro de los establecimientos del centro comercial. Había comprado un teléfono móvil de alta gama y presuntamente lo había devuelto pocas horas después. Sin embargo, en el interior de la caja lo que había era otro bloque de arcilla en lugar del terminal.
La Guardia Civil finalmente procedió a la investigación del cliente como presunto autor de un delito de estafa y otro de simulación de delito. Los agentes continuaron con la investigación, pues aún faltaba descubrir dónde estaban los dispositivos móviles.
A través del número de IMEI de uno de los teléfonos, el instituto armado localizó el terminal y a la persona que era la actual propietaria del mismo. El nuevo propietario lo había adquirido a través de una "conocida" web de artículos de segunda mano.
Había solicitado incluso pruebas de que el dispositivo no tenía procedencia ilícita, y el vendedor le había enviado la supuesta factura de compra, factura que más tarde los guardias civiles del área de investigación de Armilla comprobaron que estaba falsificada. Había sido también estafado, pues le habían vendido un teléfono sustraído y tras devolver el teléfono al establecimiento, legítimo propietario del mismo, se quedó sin teléfono y sin dinero.
Finalmente, la Guardia Civil localizó al segundo estafador, responsable de la venta del dispositivo móvil, que fue investigado como presunto autor de un delito de estafa. La investigación aún continúa abierta, a fin de localizar el otro terminal que ha sido sustraído.
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