Clesa, que se encuentra en fase 'preconcursal' desde el 17 de febrero, sería de este modo la segunda empresa de la familia Ruiz-Mateos en declararse insolvente, después del procedimiento concursal de la compañía de postres Dhul. Según fuentes sindicales, la tercera podría ser la empresa de batidos Cacaolat.
En la última semana, Clesa ha presentado ante Trabajo un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) temporal de seis meses de duración para la totalidad de su plantilla en Madrid, integrada por 307 trabajadores, y ha negociado un expediente similar para su división de helados Royne, que cuenta con 174 empleados.
Además, ha alcanzado un acuerdo con Corporación Alimentaria Peñasanta (Capsa) para rescindir de forma anticipada el contrato de arrendamiento que suscribieron en 2008 para que la empresa de Nueva Rumasa explotara en alquiler una fábrica del grupo asturiano en Sevilla. Así, la plantilla íntegra y la fábrica pasaron el viernes pasado a depender de nuevo de Capsa.
Nueva Rumasa ha optado por la suspensión de pagos de algunas de sus empresas porque la situación 'preconcursal' en la que se encuentran una treintena de sus firmas no impide que sigan produciéndose actuaciones ejecutivas por parte de acreedores y porque la situación de tesorería de las empresas "ha empeorado".
Además, considera que la mejor forma de alcanzar acuerdos con potenciales compradores o inversores es en el marco de un proceso concursal. En estos momentos, la familia Ruiz-Mateos está negociando con la sociedad portuguesa de capital riesgo Megafinance Partners, que estudia inyectar 70 millones de euros algunas de sus empresas, según confirmó a Europa Press una portavoz del fondo.
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