La plataforma cívica Sevilla se muere denuncia en un comunicado las deficiencias que a su juicio contiene en plan del Ayuntamiento de limitar las viviendas turísticas en base a un criterio de saturación por distritos que no comparte en absoluto y que supone el riesgo de que este tipo de negocio se extienda en forma de mancha de aceite más allá del Casco Histórico.
A raíz de las últimas publicaciones aparecidas en prensa y redes sociales relativas a la propuesta de limitación de viviendas de uso turístico que ha sido aprobada en el Consejo de Gobierno de la Gerencia de Urbanismo y que posteriormente se elevará al Pleno del Ayuntamiento, Sevilla se muere hace las siguientes consideraciones:
1º.- No compartimos el rechazo a todas y cada una de las alegaciones presentadas. Queda de manifiesto que el Ayuntamiento sigue sin escuchar a los vecinos. Entendemos que no partía con voluntad negociadora alguna y que obra en base a un guión escrito.
2º.- No compartimos la consideración del Ayuntamiento de qué se entiende por barrio saturado, cuando realmente las zonas más tensionadas ya están más que invadidas, dejando expuestos a una futura sobresaturación barrios como San Julián, El Museo y San Bernardo. Y todo en base a unos datos desactualizados, ya que en el último semestre han aumentado las viviendas turísticas más de un 32%.
3º.- Durante el proceso de redacción de la norma se ha creado un efecto llamada que el Consistorio no ha querido evitar, ya que ni ha planteado una moratoria para evitar la avalancha producida y la sobresaturación de zonas que la propia norma califica como saturadas.
4º.- Según la norma, 94 barrios de Sevilla (de los 108) admiten la concesión de miles de nuevas licencias. Sevilla no es sólo su Casco Histórico. ¿Está capacitada la ciudad para absorber una cantidad tal de nuevos alojamientos y el impacto que ello produciría?
5º.- El Ayuntamiento persiste en una falacia cuando insiste en que sólo puede actuar sobre las Viviendas de Uso Turístico, dejando al margen su capacidad para regular el resto de modalidades de alojamiento turístico, con el argumento de que el reciente decreto de la Junta sólo lo habilita para lo primero, pero existe jurisprudencia que reconoce las competencias de los ayuntamientos en materia turística ante una problemática de interés general como es el caso.
En conclusión, este anuncio del Ayuntamiento, a bombo y platillo, esconde una norma vacía que realmente ni limita, ni decrece el problema y además abre las puertas a la replicación de esta situación al resto de barrios de la ciudad como una mancha de aceite que se extiende. La norma llega tarde, mal y nunca.
Por todo ello, pedimos una moratoria de entrada en vigor inmediata para poder elaborar una norma realmente consensuada con los vecinos y por el verdadero interés general de la ciudad. Esta norma ni respeta ni protege la residencialidad (sic), obviando la planificación de la ordenación urbana y agravando el problema de la vivienda.
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