Rajoy ha cerrado la convención autonómica de su partido en Palma, en presencia del candidato de los populares en Baleares, José Ramón Bauzá, y de todos los demás candidatos, a excepción de la presidenta madrileña, Esperanza Aguirre, quien se recupera aún de la operación de cáncer de mama que le practicaron hace más de una semana.
A todos ellos, tras la presentación del programa para las elecciones autonómicas, ha dicho el líder nacional del PP que su proyecto nacional requiere del concurso de las comunidades, de modo que se erijan en "motores económicos, sociales, culturales e institucionales" de España.
Comunidades, ha añadido, que no deben enfrentarse, que han de velar por el bien común y por el interés general, convertidas en "la puerta de entrada al espacio de todos", sin que nadie pretenda "desmontar lo común" para que de ello se apropien "unos cuantos".
Comunidades, ha continuado, que han de propiciar que "ser español resulte más fácil" y que tienen que garantizar el bienestar, "la razón de ser" del modelo de Estado.
Si hay competitividad entre ellas, que sea para "ver quién beneficia más al conjunto" y para "servir a lo común", y siempre sin rencillas ni enfrentamientos, sólo desde la defensa del bien común, ya que "sin interés común no hay bien posible", ha proclamado el líder del PP.
Rajoy ha desgranado las líneas maestras que sustentan su programa para los próximos comicios del mes de mayo, unos pilares que se concentran en el lema, "Más sociedad, Mejor Gobierno", toda vez que el PP quiere gobernar para la gente.
Los gobiernos del Partido Popular protagonizarán una regeneración de la actividad pública de acuerdo con los principios de la libertad y de la confianza, y así, implantará las mejores condiciones para la proliferación de empresas y la creación de puestos de trabajo, "la urgencia nacional" para Rajoy, el objetivo primero e "indiscutido".
Un PP en el poder, según su intervención, apostará por "menos regulación, menos imposiciones, menos intervencionismo, menos prohibiciones y menos meterse en la vida de la gente", y por más empresas, impuestos "razonables" para los empresarios, más bienestar y mejores políticas sociales.
En este punto ha criticado al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y al PSOE, y en concreto a su modelo de políticas sociales, ya que para el presidente de los populares no se pueden poner en práctica políticas como éstas si no hay crecimiento y se destruye el empleo.
Si anuncian logros sociales, es porque "no saben lo que dicen o mienten, y así les va".
Tras reiterar que el PP quiere bajar al 4 por ciento el IVA para el turismo -compromiso que el líder del partido expresa siempre que se encuentra en Baleares-, Rajoy ha enumerado sus prioridades de gestión.
Ante todo, el empleo, y después, ayudar a los empresarios mediante una adecuada política fiscal, instalar la austeridad en la administración, simplificar la normativa autonómica, saturada de leyes, decretos y reglamentos, a su juicio; cumplir la ley contra la morosidad y reducir la "enorme dependencia" energética del exterior.
También ha abogado el presidente del PP por la reforma educativa y por la reestructuración ya del sistema financiero, sobre todo en lo que concierne a la reconversión de las cajas de ahorro. Como en otras ocasiones antes, Rajoy ha considerado fundamental que fluya el crédito de los bancos a las empresas y a las familias.
El presidente del PP y todo su partido en general ya están inmersos en el ritmo de la campaña electoral y en la lucha por un objetivo, aparte de la creación de puestos de trabajo: la mejora y propagación del bienestar por todos los rincones del país.
Frente a un PSOE que cuando "tiene un problema, sólo piensa en cómo contarlo", los populares, ante la adversidad, buscan ante todo solucionarla. "No somos comentaristas de lo público, somos gestores de la economía de los españoles", ha destacado después, antes de citar, una vez más, la experiencia de 1996.
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