El sector turístico ha constatado que la proximidad de Jerez a las playas de la Bahía de Cádiz no es ya el principal argumento del visitante a la hora de hacer sus reservas de verano, habiéndose convertido de hecho en “una motivación secundaria” para un turista que viene en julio y agosto atraído “por los atractivos y experiencias” que encuentra en la ciudad.
Esa ha sido una de las principales conclusiones a las que se ha llegado este jueves en un encuentro profesional organizado por el Clúster Turístico Destino Jerez bajo el lema ‘Jerez, la puerta secreta a las playas de Cádiz’.
Según el presidente de esta organización, Antonio Mariscal, la cercanía a las playas “empieza a tener ya una importancia relativa” dado que “la oferta turística de la propia ciudad es lo suficientemente contundente para provocar que el destino funcione”, aunque sin dejar de lado que esa proximidad al litoral “sigue siendo un valor importante”.
La irrupción de Jerez como destino turístico estival arranca coincidiendo prácticamente con la crisis económica de 2008, que motivó que el visitante se decantara por la ciudad “porque tenía la playa más cercana a diez minutos y a un precio más económico”.
Sin embargo, en los últimos años “se ha producido una mejora muy notable de la hostelería y la gastronomía, con estrellas Michelín, o el Tío Pepe Festival, que es una palanca importante y que era algo impensable hace algún tiempo”, y todo ello ha terminado consolidando a Jerez como “segunda línea de playa”.
En cualquier caso, Mariscal advierte de que una vez logrado ese primer objetivo, “hay que actuar como una segunda línea de playa”, dado que el turista “quiere salir a disfrutar”, por lo que se antoja imprescindible “generar actividad”, siempre partiendo de la base de que para el visitante “la principal diversión es salir a cenar”.
El presidente del Clúster reivindica además una mejora de los transportes públicos entre Jerez y el litoral, y viceversa, con el objetivo de favorecer las excursiones. Todo ello sin dejar de lado las carencias que padece la provincia en materia de comunicaciones.
También apuesta por una mayor apertura al visitante de las bodegas, que constituyen uno de los grandes atractivos de la ciudad, y que a pesar de ello están cerradas los fines de semana, una tendencia que está convencido cambiará en los próximos años para dar respuesta a la demanda.
Julio y agosto, temporada alta en Jerez
Ya nadie puede poner en duda que julio y agosto son meses de temporada alta para los hoteles de Jerez, que el año pasado contabilizaron en ese periodo 161.437 pernoctaciones, mejorando el dato que se había alcanzado en 2017 (160.641), según los registros del Instituto Nacional de Estadística (INE).
Una vez más, Jerez hospedó a más turistas y contabilizó más pernoctaciones que municipios costeros como Cádiz, El Puerto de Santa María o Tarifa, confirmándose como destino preferente en la temporada de verano a pesar de no encontrarse en primera línea de playa.
Según los datos del INE, los establecimientos hoteleros de Jerez hospedaron en los meses de julio y agosto a 65.066 viajeros, mejorando con holgura las cifras alcanzadas en Tarifa (59.674), Cádiz (48.144) y El Puerto de Santa María (46.262).
Las previsiones para este año son incluso mejores, según los datos que maneja el Clúster Turístico, dándose ya por hecho que la ocupación media rondará en julio “el 77 ó 78 por ciento”, mientras que en agosto se situará “sobre el 81 por ciento”.
Además, debe tenerse en cuenta que uno de los picos del año se alcanza en el último tramo del presente mes de junio, coincidiendo con la finalización del curso escolar. “Se nota una subida muy importante de la ocupación y de los precios medios”, apunta Mariscal, que advierte de que ese inicio de las vacaciones para los más pequeños se ha convertido ya en “uno de los momentos álgidos del turismo español”.
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