Ni las carabelas, ni estar “al liquindoi” es una expresión propia de Chamberí, ni Velázquez, Murillo, Valdés Leal, Herrera, Gordillo Rodríguez Acosta, Romero de Torres, Vázquez Díaz, Picasso y unos cuantos grandes pintores más, ni El Fillo, ni Tomás ni Pastora Pavón, ni Chacónni un larguísimo etcétera, son nacidos en “la capi” salvo que cualquier día la señora Díaz se despierte pregonando este cúmulo de barbaridades, como ya mantienen sin ruborizarse, que la villa es el “principal centro mundial del flamenco”, o que el flamenco más puro está en Madrid e intentarán convencernos a todos como hicieron creer a la UNESCO que el paseo del Prado es la Alameda arbolada más antigua de España. Ayuso parece gemela de El Prado, dónde, según su director, “lo que entra no sale”. Por eso la Inmaculada devuelta por Petáin a Sevilla, pero “hizo escala” en El Prado. Que, con el Arqueológico quedarían convertidos en mini-museo de pueblo pequeño si en un arrebato de honradez devolvieran todo el arte andaluz con que se enriquecen.
Ya fue felicitada la Sra. Ayuso cuando nombró BIC el flamenco que no es una marca de bolígrafos, de lo contrario no se entiende tanta ignorancia. Debería explicarnos qué es Madrid, pues muy claro queda. ¿Es la capital de España o es España? No es lo mismo. Si Madrid es España todo lo demás serían barrios periféricos. Pero si no lo es, entonces Madrid está contra España, pues con tanto acaparar es la responsable de su vaciado. ¡Hay que ver! De ser el centro de algo a estar en contra de ese “algo”.
El innoble vicio de apropiárselo todo y disfrutar riquezas debidas a la producción artística de Andalucía, no va sólo contra Andalucía. Va contra España en tanto crea el ambiente propicio para enfrentarla a sus comunidades hasta terminar por sentirnos estafados, cuando tomamos conciencia de que todas nuestras riquezas artísticas, musicales, históricas, económicas, nuestro temple, genio, idiosincrasia, talento y talante, todo cuanto ha sido parido aquí durante miles de generaciones, todo está secuestrado en Madrid para enriquecerla. Tiene gracia, más bien “guasa”, por lo malage. Ya es hora de reconocer que España no es una ciudad y el resto sus flecos. Si no, si siguen en el empeño, serán responsables únicos de la reacción de los dañados..
Envía tu noticia a: participa@andaluciainformacion.es