La hermandad del Rocío de Arcos toma este martes rumbo a la ermita almonteña para reencontrarse un año más con la Blanca Paloma. La salida de la corporación tras la emotiva y concurrida misa de romeros, celebrada a las 7.00 horas en la parroquia de San Francisco con la predicación del sacerdote Iván Carreras, fue motivo de interés y curiosidad para una parte de la población que madrugó para admirar la estampa. Con su Simpecado presidiendo la carreta, el cortejo partió de su templo para recorrer el camino hasta el recinto ferial, cruzando el centro de la ciudad acaparando todas las miradas.
En la misa se hizo referencia al vigésimo quinto aniversario que este año vive la hermandad del Rocío como filial de la de Almonte, como también a esos cinco lustros “de esfuerzo y de trabajo”, y a personas como el obispo Bellido Caro que impulsó la hermandad, o el también sacerdote Manuel Rodríguez Salas, que dejaron una profunda huella en la corporación rociera. La liturgia contó con la participación del coro de la propia hermandad para ilustrar la misa con sus cada vez mejor afinadas voces. También se sumaron miembros de otras hermandades y religiosos como el joven sacerdote Julián Benítez que ejerce en la vecina localidad de Ubrique.
A golpe de tamborilero y con el sonido aún de fondo del coro interpretando sus primeras sevillanas, el cortejo rociero comenzó su camino hasta el recinto ferial, trasladando su Simpecado a la carreta tirada por un mulo y bellamente exornada con flores. Momento para que el sacerdote y hermano Antonio Jesús Jaén iniciara ya en la calle el rezo dedicado a la Virgen María. ‘¡Viva la Blanca Paloma!’ y otras exclamaciones por parte de la hermana mayor, Rafaela Gómez, pondría definitivamente en camino a la hilera de rocieros y a los numerosos niños que los acompañan. Al corto pero gratificante recorrido se sumó el alcalde, Miguel Rodríguez, formando parte de la presidencia junto al párroco Iván Carreras, la hermana mayor y el presidente del Consejo Local de Hermandades y Cofradías, Miguel Ángel Roldán.
La hermandad vivirá este viernes su día grande con motivo de su presentación a la Virgen, adonde se asomarán numerosos arcenses desplazados al Rocío para la ocasión, entre ellos, cuentan, los usuarios del Centro Juan Candil. A partir de ahora, todo es fervor, convivencia y alegría en la familia rociera.
El embarque en Bajo de Guía y el itinerario por el interior de las marismas están marcados este año por los efectos de la sequía y por las fortísimas medidas de seguridad con la activación del Plan Romero que vela por la seguridad del evento; un dispositivo que este año cumple su 40 edición y que se planifica al amparo del Plan Territorial de Emergencias de Protección Civil de Andalucía y que mira por la protección del medio ambiente, con especial atención a la conservación del Parque Natural de Doñana y al bienestar animal con la prestación de servicio de 7.000 efectivos. Todo ello coordinado por la Junta de Andalucía.
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