La consejera de Inclusión Social, Juventud, Familias e Igualdad, Loles López, ha condenado este miércoles, de forma "rotunda", la agresión e intento de robo que ha sufrido un trabajador del Servicio de Ayuda a Domicilio (SAD) de la capital cordobesa cuando, el pasado domingo, el hijo de un usuario de dicho servicio pateó al trabajador, tras intentar apuñalarle y robarle su mochila y su bicicleta, minutos después de que atendiera a su padre en su casa.
A este respecto y en declaraciones a los periodistas poco antes de participar en el Foro Provincial de Innovación Social, junto al alcalde de Córdoba, José María Bellido, y el delegado del Gobierno andaluz en la provincia, Adolfo Molina, la consejera ha dicho que, al conocer la noticia, "lo primero" que ha preguntado "es cómo se encuentra la persona" agredida "porque eso es lo más importante".
De igual forma, Loles López ha explicado que ha pedido que se haga "un seguimiento" de la situación del trabajador agredido "porque estamos hablando de una vida, y eso es lo esencial", añadiendo que "en estos casos" ella es "muy prudente", pues entiende que hay que "dejar trabajar a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad, para que averigüen todo lo ocurrido y poder tener toda la información y, por supuesto, mi rotunda condena a esos hechos".
Según ha informado UGT Servicios Públicos de Córdoba, los hechos se produjeron en un domicilio situado en la barriada del Campo de la Verdad, cuando "el trabajador acababa de terminar su labor de atención en el domicilio a un señor de algo más de 65 años", pues, "al salir a la calle y abrir el candado que inmovilizaba su bicicleta, vehículo que utiliza para trasladarse entre los distintos servicios, el hijo del usuario se abalanzó sobre él queriendo hacerse con su mochila y su cartera, así como con el mismo vehículo".
UGT SP Córdoba ha detallado que, "al negarse el trabajador al intento de robo, el agresor sacó un arma blanca con la que intentó agredir al trabajador, que salvó su cuerpo gracias a que interpuso la mochila que portaba", y "tras varios intentos de apuñalamiento", que provocaron "cortes profundos en la mochila y la chaqueta del trabajador, el agresor terminó por tirar al trabajador de Ayuda a Domicilio al suelo, momento en el que comenzó a propinarle patadas".
La agresión, según ha precisado el sindicato, "duró aproximadamente entre 10 y 15 minutos, tras los cuáles, y debido al ruido, varios vecinos de la calle salieron y separaron al agresor", al "le quitaron un maletín de trabajo que le había conseguido arrebatar" al empleado del SAD, al que se lo devolvieron en el mismo momento, aprovechando entonces el agresor "para huir del lugar".
Tras reponerse, "el trabajador se dispuso a trasladarse a un centro sanitario, no sin antes recibir la advertencia de los vecinos de que no debía denunciar los hechos, ante la posibilidad de recibir, tanto él como su familia, posibles represalias por parte del agresor y su entorno".
El trabajador fue posteriormente atendido en el Hospital San Juan de Dios que, "de oficio, trasladó a los juzgados el consiguiente parte de lesiones previo a la interposición de la correspondiente denuncia", mientras que "el trabajador ha recibido en todo momento el apoyo de la empresa en estas circunstancias y se encuentra en estos momentos de baja, con fuertes dolores, producto de los golpes, y con un shock posterior a los momentos traumáticos que tuvo que experimentar".
Ante tales hechos, la secretaria de UGT SP en Córdoba, Mari Carmen Heredia, ha señalado que "esta situación se vuelve insostenible para muchas trabajadoras y trabajadores, cuando no disponen de recursos inmediatos para poder defenderse, como en este caso, por lo que solicitamos que se disponga en los servicios de un sistema de alerta que facilite de forma inmediata la llegada de fuerzas de seguridad en el momento en el que sea necesario recurrir a ellas".
Por su parte, la responsable de Sanidad Privada de UGT SP, Amelia Fernández, ha destacado que "ha sido la habilidad y la suerte del trabajador las que le han permitido salvar su vida" al trabajador, "pero no podemos quedarnos con los brazos cruzados, porque las personas trabajadoras se encuentran desamparadas ante estas situaciones, que no son habituales, pero que existen y que suponen un riesgo que podría desencadenar en una situación fatal, y necesitamos soluciones".
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