Su caso se remonta a 2010, cuando C.M.S. fue objeto de un control policial de vehículos en la avenida Winston Churchill. El agente encargado aseguró que el pasajero del vehículo, al serle requerida su documentación, se puso extremadamente nervioso y cuchillo en mano amenazó a uno de los policías del Peñón.
El joven fue desarmado por la Policía pero logró escapar y emprendió una rápida huida hacia la frontera. Otros agentes que se encontraban en la zona consiguieron frenarlo pero uno de ellos fue golpeado y cayó, sufriendo una grave rotura de tobillo.
El linense fue entonces arrestado y desde entonces ha permanecido en prisión. El agente herido en la huida fue operado de la grave rotura el mismo día del incidente y aunque recuperado, continúa con secuelas. Ha sido previsiblemente este dato el que llevó al Tribunal a condenar al joven linense a tres años del prisión.
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