“No voy a entrar en estos temas porque agua pasada no corre molino, pero hubo gente que se manifestó por las calles en contra de los despidos en CajaSur y ahora los aprueba y firma”, dijo ayer Griñán en referencia -sin mencionarlos- al sindicato mayoritario Aspromonte y al PP, que apoyó las manifestaciones del sindicato.
A preguntas de los periodistas, el presidente andaluz confió en que “todo termine bien” y que “desea” que el mayor número de trabajadores de la antigua caja permanezcan en el nuevo banco BBK Bank CajaSur.
Tras reiterar que no va a entrar en polémicas “porque todo el mundo sabe lo que ha ocurrido” en la entidad, sí instó a hacer una “reflexión” del número de trabajadores que van a darse de baja, un total de 668, de los cuales 428 saldrían de la empresa mediante prejubilaciones, 130 por bajas indemnizadas y 110 por suspensiones de contrato compensadas. Griñán aseguró que el recurso a las prejubilaciones, “ahora que se discute el futuro de las pensiones”, le preocupa “aquí y siempre”.
Respecto a la admisión a trámite por parte de la Audiencia Nacional del recurso que interpuso el Cabildo Catedralicio de Córdoba por la valoración de CajaSur en el proceso de cesión a BBK, Griñán recordó que éste es un proceso habitual e indicó que hay que esperar al sentido del pronunciamiento de la Audiencia. En cualquier caso, el presidente andaluz sostuvo que “no había lugar a nada de esto si el Cabildo hubiera aprobado la fusión con Unicaja”.
Por su parte, el alcalde de Córdoba, Andrés Ocaña, agradeció la deferencia que el presidente de la BBK, Mario Fernández, va a tener el próximo lunes al visitar el Ayuntamiento y adelantó que le explicará la necesidad de que la entidad retome el contacto con la sociedad cordobesa y abra el crédito a empresas y ciudadanos para convertirse en el motor y palanca de la economía de la ciudad.
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