La primera de las exposiciones, a partir del 21 de febrero, será la dedicada a Krippenberger (1953-1997), un creador que desarrolló su trabajo fundamentalmente en los años 80 y 90 y se ha convertido en una “figura de culto”, según el director del Museo, José Lebrero, que considera que ésta será la muestra “más arriesgada” del año al ser un autor poco conocido para el gran público.
Se da la circunstancia de que el alemán estuvo vinculado a Andalucía, ya que en 1988 realizó en Carmona (Sevilla) una serie de pinturas inspiradas en Picasso “que hoy son consideradas clave en su obra”, afirmó en rueda de prensa Lebrero.
Krippenberger, del que se han celebrado retrospectivas tras su muerte en el Museo de Arte Moderno (MOMA) de Nueva York o en el de Arte Contemporáneo de Los Ángeles, puso en marcha en 1979 en Berlín un proyecto artístico y editó un libro titulado Herederos de Picasso.
En 1996, creó la serie Jacqueline: los cuadros que Pablo ya no pudo pintar, después de observar un libro de fotos.
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